n el caso del poeta y cantautor canadiense Leonard Cohen, llegar a los 80 años (21 de septiembre) con tremenda vigencia y vitalidad creativa, es ya un hermoso triunfo. Y no se trata de condescendencia ni de reverencia simplona al icono intocable. Se trata de letras que siguen mancillando la conciencia, de imágenes que siguen moviendo el suelo de quien las traza desde el oído, pasando por las neuronas y terminando en el corazón.

A modo de continuación del Old Ideas (2012), disco de estudio tras lustros de álbumes de conciertos y recopilaciones, Popular Problems (2014) reubica a Cohen en el panorama mundial, no como un oldie nostálgico, sino como un alma viva, joven, que no deja de tomarle el pulso al mundo, en el que no se escucha temeroso de la muerte ni fuera de lugar. En sus líneas es notorio que ve la vida de forma atemporal, a sabiendas de que los recovecos y resortes emocionales que dotan de esencia al ser humano, son los mismos en cualquier momento. No por ello deja de hacer señalamientos de índole política (la guerra en Medio Oriente, la devastación de Nueva Orléans). Entre versos plagados de imágenes apocalípticas, no hay añoranza por mejores tiempos, si acaso cuando recuerda a un viejo amor. Popular Problems sigue en la vena que lo ha caracterizado: hacer de las deslealtades, la depresión existencial, la guerra, la fe, la compasión, la redención, un pretexto para la belleza, la ironía, la confidencia.

En treceavo disco, la producción de Patrick Leonard (ha trabajado con Bryan Ferry y Madonna) hace que la claridad conceptual del álbum sea sobresaliente en sus austeros e íntimos arreglos, incluso más que en Old Ideas (mismo productor): blues, soul, góspel y toques de country; rasposos teclados hammond y rhodes, pesados pianos de pared, baterías mínimas, violines, trombones ocasionales, guitarras con slide, y sus eternos conjuntos corales femeninos, cual ángeles revoloteándole, cuidándole las espaldas, aquí con un papel harto protagónico. Si bien la elegancia de Cohen es perenne, la sensación no es de tristeza como en Old Ideas, sino de oscuridad sonriente, al punto de emparentarse a ratos con uno de sus vástagos: Tom Waits. El productor le quita solemnidad y elementos, para agregarle mugre y cierta dosis de maldad gozosa: pareciera cantar desde un rincón de maderos desvencijados; efecto que da aun más peso y fuerza a cada sílaba del poeta, quien canta menos dulce que en discos de estudio previos, para sonar aquí crudo, rasposo y a veces socarrón.

Si bien ya hace tiempo que no entona melodías sino que sólo recita con la voz más que ajada, ese estilo que pareciera repetirse es de él y nadie más. De hecho, pareciera que Patrick Leonard buscara retomar la línea de I’m your man (1988) y The Future (1992), con una sofisticación distinta, actual, más rugosa.

Popular Problems es una producción intensa, deliciosa, variada, que se va como agua mientras refina su viejo perfil a punta de escuetos pero poderosos nueve tracks, infestados de letras inevitablemente brillantes. Es una celebración, una sonrisa irónica ante la muerte: Me encuentras cantando, aunque el mundo ya se fue; me encuentras pensando en que debería continuar; o: Lo tuyo es llegar e irte, lo mío es llegar para durar; no es que sea viejo, no es que esté muerto, siempre me gustó llevármela lento, lo suave está en mi sangre. Amén.

Fito Páez, Rock en el Faro, Luz de Riada

Viernes 3. Muy recomendable el synth-punk del puertorriqueño AJ Dávila, para prender fuego a la noche; también, de Venezuela, el funk-rock de La Vida Bohème. Pasagüero (Motolinia 33, Centro). 21 horas, $100.

Sábado 4. 1. Surf, punk y fusión con: Los Elásticos, Los Viejos, Sonora Balkanera, entre otras bandas. Faro de Oriente (Calzada Ignacio Zaragoza s/n, entre metros Acatitla y Peñón Viejo), 11 horas, entrada libre. 2. El festival independiente Raymondstock presenta, en segunda edición, una acuciosa selección con 28 bandas de lo más reciente (y quizá efímero) en cuanto a rock, electropop y géneros anexos. De Estados Unidos: Lolas Bad, Yung Jake, Skin Town, Pictureplane. De México: Bonsai Babies, Los Monjo, Lorelle Meets the Obsolete, Cremalleras, Animación Suspendida, Avocados, entre otros. Foro Indie Rocks (Zacatecas 39, Roma). 12 horas, $100. Detalles: www.raymondstock.net

Domingo 5. Cítaras, alientos, improvisación libre, a cargo de Luz de Riada y Vía Láctea, como parte del 34 aniversario del Tianguis del Chopo. Museo del Chopo (Enrique González M. 10, Santa María la Ribera). 18 horas, entrada libre.

Miércoles 8. El estrambótico cantante, autor y pianista argentino, Fito Páez, vuelve con el disco Rock and Roll Revolution, el cual hace homenaje a los grandes del rock de su país, tales como Charly García. Auditorio Nacional. 20 horas, $377 a $1413. (Más recomendaciones: www.patipenaloza.blogspot.com).

Twitter: patipenaloza