Crece el tsunami desatado por la renuncia de Riccardo Muti como director de la institución
Es una medida dolorosa, pero necesaria; podrán ser contratados de manera externa, señala el ministro italiano de Cultura
Por enésima vez, la clase política demuestra no haber entendido que el arte escénico es fundamental para un país civilizado, dice líder del gremio de telecomunicaciones
Sábado 4 de octubre de 2014, p. 2
Roma, 3 de octubre.
Mientras la cúpula de la cultura mundial se reúne durante tres días, desde el miércoles, en Florencia en el tercer Forum Unesco con la finalidad de dar respuesta a la manera de utilizar la cultura como motor del desarrollo, el verdugo de la crisis no sólo económica, sino de gestión, sigue decapitando nuevos teatros en Italia, incapaces de hallar el elíxir de la sostenibilidad.
Teatro de la Ópera
La renuncia de Riccardo Muti hace unos días como director vitalicio del Teatro de la Ópera, cargo para el que fue nombrado en 2011, ha desencadenado un tsunami en esa institución roída por los conflictos.
El Consejo de Administración (Cda) aprobó el jueves, de manera unánime, el despido de los 180 integrantes del coro y orquesta del teatro mediante un despido colectivo. Según el titular del Ministerio de Cultura de Italia, Dario Franceschini, es “un trámite doloroso, pero necesario para salvar la Ópera de Roma y reiniciar, porque la situación se había tornado insostenible.
“Obviamente –continúa– pueden constituirse en una asociación y participar en audiciones en un plazo de 75 días. Así, a partir del primero de enero se constituirá un nuevo coro y una nueva orquesta. Creo que este modelo ya experimentado en otras capitales europeas, aunque del todo nuevo en nuestro país, dará a este teatro una nueva estatura de nivel internacional.”
El superintendente, Carlo Fuortes, afirma: Es un procedimiento que permitirá ahorrar 3.4 de los 12.5 millones del gasto anual; la alternativa hubiera sido el cierre del teatro.
Mientras, en la página web del teatro no hay señal de resquebrajamiento más que la carta de renuncia de Muti y el programa, pese a todo, prosigue adelante de manera normal.
Los atrilistas prometen batalla. Entre los testimonios publicados en la versión electrónica del diario La Reppublica figura el de Marco Piazzai, de 48 años, secretario del sindicato Fials-Cisal, quien sostiene: Es un despido injustificado y discriminatorio; un proyecto de desmantelamiento del teatro.
Por su parte Francesco Melis, de 56 años, artista del coro desde 1984, levanta los brazos y dice: “Es un drama para muchas familias, estamos en shock”, mientras Alberto Manzini, secretario de la Slc Cgil, anuncia una asamblea plenaria
y la participación de la sociedad civil
, del mundo de la cultura y las instituciones, como sucedió con el Teatro Valle.”
Teatro Eliseo y el Piccolo Eliseo
El martes pasado, un funcionario judicial notificó la clausura del Teatro Eliseo, el más joven (fue creado en 1900) y uno de los más visitados de la capital italiana (unos 200 mil espectadores al año), ubicado en pleno centro, y casa de algunos de los máximos actores y dramaturgos italianos, como Luchino Visconti o Giuseppe Patroni Griffi.
El desalojo por incumplimiento del pago de la renta del inmueble, anunciado desde el pasado julio, ha sido aplazado en distintas ocasiones y ahora de nuevo para el 14 de octubre. ¿El motivo? Las deudas que suman 538 mil euros, pero también rivalidades internas.
En respuesta, los trabajadores han declarado que hasta esa fecha estarán en asamblea permanente
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Desde el martes por la mañana un grupo de trabajadores cerró las entradas y se ha atrincherado dentro. De aquí no nos movemos. Queremos que nuestro trabajo continúe y se tutele la temporada teatral
, afirmó Massimo Monaci, director del teatro.
Resistencia civil y legal
Davide Mori, del Sindicato de Telecomunicaciones, por su parte manifiesta: Opondremos toda la resistencia posible, civil y legal, para evitar que casi mil trabajadores pierdan la principal fuente de sustento
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Alessandro Gassman –hijo de Vittorio Gassman–, en julio pasado, había enviado una carta abierta en la que denuncia cómo Roma, de esa forma, regresará a los tiempos de Neanderthal, pues la desaparición de una estructura tan importante, equivale a la extinción de un trozo de libertad para los ciudadanos. Todo esto ante una clase política que verdaderamente demuestra, por enésima vez, no haber entendido que el teatro, la dramaturgia y sus espacios son fundamentales en un país civilizado
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