En una decisión sin precedente, el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación concedió ayer licencia por un mes al ministro Sergio Valls Hérnadez para que esté en disponibilidad de dedicarme tiempo completo a mi tratamiento médico. Aquejado por una enfermedad delicada que le ha impedido asistir regularmente a las sesiones de pleno y de la segunda sala del máximo tribunal, Valls es el primer ministro –a partir de la reforma constitucional de 1994– que solicita permiso por 30 días hábiles para atender su salud. A partir de agosto pasado, después del receso vacacional de julio, la salud de Valls se agravó, al grado que tuvo que recibir tratamiento en Estados Unidos, confiaron fuentes judiciales. La ausencia de Valls puso en vilo al pleno hace unos días, cuando resolvió más de 60 acciones de inconstitucionalidad en materia electoral, en las que fueron muchos los ar­tículos impugnados, en los que la mayoría se quedó a un solo voto de invalidar normas que se consideraban inconstitucionales. Pero que, ante la presencia en sesión de 10 o hasta nueve ministros –por estar en comisión o simplemente por enfermedad, como ocurrió un día con Margarita Luna Ramos– era ca­si imposible reunir los ocho votos que exige la ley para invalidar un artículo.