La paulatina concesión a la iniciativa privada de espacios en la segunda sección de Chapultepec no ha traído ningún beneficio al bosque, cuyos jardines, lagos, puentes y monumentos se encuentran en la actualidad en franco deterioro.

Durante un recorrido por la zona, representantes de organizaciones de comerciantes indicaron que dejar los servicios a empresas particulares, incluso ha resultado contraproducente, como sucedió con la concesión de los baños públicos.

“No fue el negocio que esperaban y dejaron abandonadas las instalaciones. De los 23 módulos sanitarios que había sólo quedaron dos. Uno en la pista del sope y otro frente a la feria; los demás o están cerrados o se han convertido en guarida de drogadictos y delincuentes”, expresaron.

Salvo la pista del sope, el abandono y la falta de mantenimiento en la segunda sección de Chapultepec es evidente en todas sus áreas. A un costado del Museo de Historia Natural, por ejemplo, se pueden observar las ruinas de lo que fue la terminal del tren escénico, que en su momento fue uno de los grandes atractivos en el bosque para niños y adultos.

Con su cierre, la zona aledaña que era utilizada para fiestas infantiles quedó en el olvido. El pasto cedió el paso a los matorrales y los juegos infantiles tubulares se encuentran maltrechos y oxidados. A un costado, el lago menor luce con una gruesa capa de nata verde y sin ninguna actividad. Se descompuso la planta que permitía la oxigenación del agua y jamás se arregló, cuentan los comerciantes.

A unos pasos, el parque temático México en miniatura, que albergaba cerca de cien maquetas con la reproducción a escala de los edificios y monumentos más emblemáticos de la ciudad de México, sucumbió para dar paso a un nuevo estacionamiento. Primero eran juegos mecánicos infantiles concesionados a La Feria y después pusieron maquetas de la ciudad, ya las desaparecieron, señalan comerciantes.

Lo mismo ocurrió con la escultura en bronce titulada Cocodrilo, de la pintora y escultora Leonora Carrington, que se habilitó en el 2000 en una de las 14 fuentes. La obra se trasladó a la avenida Paseo de la Reforma y la fuente ya en desuso pretende ser convertida en un lugar de recreo para jóvenes, dentro del plan de rehabilitación del bosque.

En otro extremo, sobre la lateral del Periférico, el parque Rosario Castellanos sirve hoy de tiradero de cascajo y basura. El busto de la poeta y escritora luce sin la placa de bronce que la identifica y su pedestal hecho en mármol se encuentra todo grafiteado, en medio de matorrales.

En la actualidad, en la segunda sección del Bosque de Chapultepec operan más de 10 concesionarias que tienen a su cargo restaurantes, tiendas deportivas, estacionamientos, baños y lanchas, así como la feria y el Museo del Papalote, cuyos recursos por el aprovechamiento del espacio no se reflejan en el mantenimiento, expresaron los comerciantes.