Opinión
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¿Cuál es el verdadero Modiano?
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ersonaje nebuloso, Patrick Modiano, premio Nobel de Literatura 2014, bajo su aspecto de hombre maduro, tranquilo, tímido, de un médico de provincia, un funcionario anónimo, el cual farfulla en busca de la palabra apropiada, articula apenas sus frases, se esconde otra persona, acaso para nada tímida, más bien escondidiza, como si tratase de ocultar algo, tal vez su realidad sustituida por lo imaginario, la ficción de sus novelas.

Figura emblemática de una generación, la de los hijos de la Segunda Guerra Mundial, de colaboracionistas o de resistentes al nazismo, Modiano es el síntoma contemporáneo de una época de ocultamientos, ambigüedades, juegos dobles. Los adultos de esa guerra, de la ocupación por los alemanes, la resistencia, la colaboración, dejaron una herencia cargada de culpabilidad, cuando colaboraron con los nazis, a sus descendientes. Patrick Modiano es uno de ellos.

¿Quién es este escritor? ¿Cuál es su obra? En general, sobre todo a partir de principios del siglo XX, la vida de un autor se entrelaza con su creación. En el caso de Modiano, su existencia es el fermento mismo de su escritura. Hijo de un padre judío, traficante durante la ocupación con los alemanes, y de una madre que trabajaba con los mismos nazis, su infancia y su adolescencia no le dejaron más que una puerta de escape para sobrevivir. Escribir. Sin ello, era el asilo siquiátrico o el suicidio. Patrick decidió escribir. Relatar una ocupación inventada por él, para él, para salvarse.

Hombre de contradicciones, de escamoteos, su misma fecha de nacimiento es dudosa. Ahora afirma hacer nacido en 1945, durante años era 1947. Su gusto por los paseos nocturnos en la ciudad, prohibidos a menores de edad, puede servir de explicación, dicen algunos; otros afirman: Modiano prefiere hacer decir que no nació durante la ocupación.

La opacidad a lo largo de su vida se vuelve neblina en las calles otoñales e hibernales de París, entre cuyas brumas Modiano pasea a su personajes, es decir, a él mismo, durante los años de la ocupación nazi.

Ida y vuelta de los años de la guerra al presente, el personaje, descendiente de víctimas despojadas, detenidas o asesinadas en campos de concentración, tentativas para tratar de hacer revivir los horribles años de la guerra en sus novelas. Su estilo, a semejanza de su método, es una mezcla de real y de imaginario, de verdadero y de falso. Con esta alquimia de realidad y ficción forma una cortina de humo sobre el pasado de todos, inocentes o culpables, traficantes o íntegros.

La escena se repite de libro a libro, de novela a novela. Trabajo de memoria, declara el portavoz del premio Nobel. Un mismo libro, afirman los admirativos críticos del nuevo Nobel, a veces los mismos que lo criticaron por esta reiteración de lo mismo sin creatividad. De producir una obra monótona de la cual basta con leer dos libros para conocer la totalidad.

El talento de Modiano se halla en el juego que organiza entre la memoria y las sombras espesas donde el tiempo hunde a los seres y las cosas. Nada existe, quizás nada es verdad, sin duda. Quedan las pocas palabras que pueden emitirse sin riesgos. No deben ser claras porque nada es claro, y la vida humana es la menos clara de las apariciones. Con cierto talento, Modiano propone estas brumas borrascosas.

Otros autores buscan algo verdadero, saben acaso que atrapar la verdad no es posible a la novela ni a la filosofía. A veces, sí, a la poesía, cuando ocurre el milagro. Trabajo arduo para un autor actual que busca una crítica favorable, premios, cuyos jurados prefieren un autor que no molesta.

El premio Nobel es el menor de los reconocimientos que puede otorgarse a un hombre bien educado, cortés, amnésico, quien balbucea incluso cuando escribe. Y sobre todo siempre políticamente correcto. ¿No suprimió frases de sus primeras novelas que hubiesen sido consideradas incorrectas? Modiano puede leerse sin riesgo de insomnios. Un tranquilizante que no crea adicción alguna.