“La película La dictadura perfecta es una crítica de mucho valor a la dictadura mediática que vive México, y no sólo eso, pues también toca el robo del cine, que antes era propiedad del Estado en un 98 por ciento”, expresó ayer Manuel Bartlett en la sesión de preguntas que los legisladores tuvieron con el director de dicha cinta, Luis Estrada, y los actores Damián Alcázar y Daniel Giménez Cacho.

La proyección de La dictadura perfecta fue organizada en el auditorio Octavio Paz de la Cámara de Senadores por la senadora Layda Sansores, y contó con la asistencia de algunos de sus homólogos del PRD y del PAN. Ninguno del Revolucionario Institutcional, salvo una priísta que hizo acto de presencia por error, pues adujo que sólo pasó a saludar.

Sansores explicó que la idea de organizar esta proyección surgió de un alumno del grupo #Yosoy132. Ella tomó la idea y llevó a cabo las diligencias. Es, a la par del estreno nacional, un mensaje a la ciudadanía de que el Senado debe contagiarse de este espíritu y de que los senadores debemos ser voceros del descontento popular. Es un momento crítico para la vida del país. El término dictadura perfecta... bueno, ya no se puede ocultar la serie de imperfecciones de este gobierno. La historia le puede quedar como saco a muchos, pero ojalá que no sea para que se despierten sus sentimientos de culpa, sino para que se vean en un espejo y corrijan errores.

Durante la proyección, las risas se escucharon por todo el auditorio, lleno al máximo.

Antes subió al estrado Luis Estrada con los actores, e invitó a ver la cinta con cuidado, para platicar al final.

Damián Alcázar fue presentado como el gobernador Carmelo Vargas, personaje de la historia. Tomó el micrófono: Agradezco por la organización de esta histórica proyección, en este momento aciago para el país. Está tremenda la situación. Ojalá que se reconozcan, amigos y no amigos.

México, enorme camposanto

Giménez Cacho asistió como invitado de Estrada, por su coincidencia de ideas. Él levantó el mapa de la República Mexicana cubierta de cruces, como un enorme camposanto.

Al final, Estrada expuso que se ha dado una cacería de brujas contra quienes permitieron la realización de la película. Negó tener pruebas y llamó a los asistentes y a la sociedad en general a estar alerta ante posibles consecuencias. “Me parece insólito que la película se haya proyectado aquí. Entre La Ley de Herodes y esta película median muchos años. Estar aquí me parece un avance democrático. Recibo una cachetada con guante blanco. Todos podemos tener un México mejor. Quiero aclarar que esta es una película de ficción que acabamos en 2011. Tomamos algunos ejemplos de la realidad y los usamos mediante la sátira. Sé que el país no está como para reírse, pero debemos empezar por reírnos de nosotros mismos. Mi materia es la ficción, no soy político, pero vivo en un lugar donde hay testimonio. Esta es la película del tiempo que me ha tocado vivir. Hay quienes han dicho que quien permitió esta película se va a ir a su casa. No tengo pruebas, pero les pido que estén alertas”.

Alcázar resaltó que Estrada hace un pastel maravilloso entre los medios de comunicación y los políticos, el poder de México. Nosotros somos los ciudadanos y muchos somos pensantes. Todos queremos esta apertura y estoy orgulloso de estar aquí. El país nos muestra cosas terribles.

Los senadores estaban en su elemento y expusieron lo que les despertó la película recién vista. Intervinieron varios legisladores, como Marcela Torres Ernesto Ruffo, Fernando Mayans, Layda Sansores, Pilar Ortega y otros.

Alejandra Barrales resaltó la necesidad de reformar la legalidad en torno al cine. Decir la verdad es difícil y hay que debatir sobre la libertad de expresión. Vamos a modificar la ley de cine.

Purificación Carpinteyro criticó a quienes votaron en favor de la reforma a la ley de teleciomunicaciones, alguos de ellos presentes, afirmó, porque ello fortaleció más al poder mediático en México.