Apatzingán, Mich., 22 de octubre.

Desde el primer día de esta administración se trabaja para consolidar un México de leyes y en paz, aseguró aquí el presidente Enrique Peña Nieto.

De ese modo, el hecho histórico de hace 200 años, cuando se suscribió el primer documento donde se plasmaron los cimientos jurídicos y políticos del país, conocido como la Constitución de Apatzingán, éste no pudo evocarse sin la obligada referencia a los hechos violentos recurrentes en esta entidad y en otras partes del país.

Los discursos tampoco pudieron pasar por alto la colusión de funcionarios públicos con la delincuencia, donde el mandatario fustigó a quienes quebrantan la confianza ciudadana, al desobedecer las leyes que juraron cumplir.

Flanqueado por los líderes de los poderes Legislativo y Judicial, senador Miguel Barbosa, diputado Silvano Aureoles, y ministro Juan Silva Meza, y por los titulares de las fuerzas armadas, así como los secretarios responsables de la seguridad y las finanzas públicas, el jefe del Ejecutivo defendió su gestión.

Desde el primer día, el gobierno de la República trabaja en la consolidación de un México de leyes, en paz, de un Estado cuyo fin es precisamente el de promover, respetar y garantizar los derechos humanos reconocidos por la Constitución y los tratados internacionales que forman parte de nuestro orden jurídico.

Esa, añadió Peña, ha sido la diaria misión de nuestras fuerzas armadas. Se trata de instituciones leales y al servicio de la nación, lo mismo que de las dependencias federales encargadas de la seguridad y procuración de justicia.

Cuando habían transcurrido pocas horas de las revelaciones del procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, sobre los hechos violentos del 26 de septiembre en Iguala e imputara directamente al ex alcalde José Luis Abarca y a su esposa, María de los Ángeles Pineda, el mandatario abordó de manera tangencial este hecho.

En el México de nuestros días, de instituciones, los servidores públicos debemos obedecer a la Constitución y las leyes. Solamente debemos servir a los ciudadanos y a sus comunidades. Quien quebranta estos preceptos fundamentales, defrauda la confianza de la ciudadanía.

En medio de un dispositivo de seguridad extremo, Apatzingán recibió a los titulares de los poderes de la Federación a mitad de su fiesta anual de tres días y a la espera, por la noche, del baile popular con la Arrolladora Banda Limón como el platillo principal.

En su mensaje de nueve minutos para resaltar el proyecto libertario de José María Morelos y Pavón, el jefe del Ejecutivo ponderó una vez más a las fuerzas armadas. Son leales y están al servicio de la nación y de sus mejores causas; son sostén de las instituciones democráticas y cumplen con su alta misión de apoyar las labores de seguridad interior, la defensa irrestricta de la soberanía nacional y en labores contra desastres naturales.

Se refirió a Michoacán como una tierra que ha dado gloria y grandes motivos de orgullo a la nación y ofreció respaldo a sus autoridades para consolidar sus instituciones y recuperar la seguridad y el bienestar de sus gente.