El boxeo, los gimnasios y la disciplina física y mental que exige la práctica de ese deporte son un refugio para rescatar de entornos violentos a los jóvenes en estos momentos de crisis social. Esa es la premisa en la que se sostiene el programa nacional Boxeando por un México seguro, que lanzaron ayer en el barrio de Tepito el gobierno federal, la Secretaría de Turismo, autoridades locales y el Consejo Mundial de Boxeo.

Este programa busca prevenir la violencia en las calles mediante distintos mecanismos relacionados con el boxeo: acondicionamiento de gimnasios, clases impartidas por peleadores profesionales locales y charlas con campeones legendarios.

Para prevenir la violencia hay que voltear la mirada a los barrios y municipios, dijo el delegado de Cuauhtémoc, Alejandro Fernández Ramírez, pero hay que ver la realidad, no darle la espalda en estos momentos tan complejos que vivimos en el país.

Por eso la elección de anunciar este proyecto en un barrio cuya estirpe de peleadores dio identidad a toda una comunidad.

En el mítico gimnasio José Huitlacoche Medel se reunieron algunos ex campeones y monarcas en activo para apoyar el proyecto que comienza en la ciudad de México, Cancún y Monterrey. También acudieron el subsecretario de prevención y participación ciudadana de Gobernación, Roberto Campa Cifrián, y la secretaria de Turismo federal, Claudia Ruiz Massieu.

Preferir Cancún para iniciar este programa, cuando hay otros sitios donde se viven situaciones más críticas, no le parece desatinado al representante de Gobernación, pues dijo que eligieron ese destino por su importancia turística, pero advirtió que en 2015 trabajarán de manera muy importante en Guerrero.

Durante la reunión, en algún punto del gimnasio, un viejo ex púgil, bajito y de nariz aplastada, lanzó un grito de orgullo barrial: ¡Tepito vive y sus boxeadores están presentes!

Raúl Valdez coincidió con la bravura de ese grito. Como en una revelación, murmuró que muy pronto este deporte resurgirá en el barrio. El boxeo en Tepito desapareció por la fayuca, el comercio informal y por la droga principalmente, resumió el entrenador de 60 años.

No pierde la esperanza de forjar un campeón. Aunque después apuesta por la realidad más cruda: Pero si al menos el boxeo me sirve para rehabilitar muchachos, ya con eso siento que gano.