El 8 por ciento de ellos tienen entre 14 y 15 años: experta
Miércoles 29 de octubre de 2014, p. 10
El año pasado 5 mil adolescentes fueron privados de su libertad por haber cometido delitos graves. Aproximadamente 25 por ciento fueron sicarios o halcones para el crimen organizado, señaló la doctora en antropología social Elena Azaola, experta del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social.
Tras exponer su investigación Delitos graves cometidos por adolescentes en México, la cual realizó este año durante seis meses en cuatro entidades, la investigadora destacó que las políticas de seguridad que se han instaurado en el país en los sexenios recientes deben ser repensadas y reorientadas
, y subrayó que urge poner especial atención en las estrategias sociales, de empleo, salud y educación dirigidas a niños y adolescentes para que no sean captados por el crimen organizado ante la falta de oportunidades
y su percepción de que no tienen ni sueños ni aspiraciones ni futuro
.
En la ponencia Fábricas de sicarios del seminario Violencia en México que organizó El Colegio de México (Colmex), remarcó que los jóvenes delincuentes son el producto
de una serie de carencias sociales y económicas, violencia familiar, drogadicción, falta de educación y empleo precoz y precario para contribuir con sus familias.
En el estudio realizado en Sinaloa, Coahuila, Morelos e Hidalgo con 278 adolescentes (247 hombres y 31 mujeres), que representan 70 por ciento de los jóvenes privados su libertad en esas entidades, y en entrevistas con 40 familiares de los adolescentes internos y 29 funcionarios de las instituciones, la experta encontró que 78 por ciento de los adolescentes detenidos tienen entre 16 y 18 años de edad y 8 por ciento entre 14 y 15, así como que 21 por ciento no pudieron continuar estudiando por problemas económicos.
Sobre su situación familiar, 47 por ciento abandonaron sus casas por diferentes periodos, debido casi siempre a la separación y/o violencia entre sus padres; 62 por ciento dijeron que sus padres se separaron, 12 por ciento tuvieron que ir a vivir a la calle solos, porque no encontraron apoyo en otros familiares, y 22 por ciento nunca vivieron con su padre ni tuvieron la oportunidad de conocerlo.
También 41 por ciento sufrieron de manera constante algún maltrato durante su infancia, 37 por ciento dijeron que cuando eran maltratados no había nadie que les brindara apoyo y 43 por ciento indicaron que alguno de sus familiares había estado en prisión.
Azaola lamentó que 28 por ciento
aseguraron no tener sueños o aspiraciones y no confiar en nadie
y no piensan en lo que vendrá, lo cual alude a la muerte social; son seres que sobreviven, pero no sienten tener futuro
.
Destacó que aun ante las condiciones que enfrentan 68 por ciento
, al salir de la cárcel, quisieran construir su propia familia, tener una casa y un trabajo o estudiar alguna profesión, o tener un oficio o negocio.