América no da una en los clásicos. Perdió contra Pumas y Cruz Azul y no tuvo argumentos para superar al deprimido Chivas, que en su lucha por la salvación se llevó a casa un punto del estadio Azteca, donde el abucheo fue la nota que puso punto final al empate sin goles.

Tras 15 fechas, las Águilas llegaron a 30 puntos, pero pusieron en riesgo su liderato general, mientras el Guadalajara suma 12.

El cuadro tapatío dio prioridad a la defensa. En cada embestida, los amarillos se toparon hasta con 10 zagueros y el único hueco que encontraron fue por la izquierda, donde el ecuatoriano Michael Arroyo penetró sin conseguir más que algunos tiros de esquina.

Al inicio, los técnicos contemplaron un rato el panorama, aunque notoriamente el rojiblanco José Manuel de la Torre era el más nervioso; gritó y señaló.

En las tribunas era mejor el espectáculo. Las porras de Chivas coparon la cabecera norte, eran minoría, pero compensaron la desventaja con cánticos y gritos.“Y ya lo ven, y ya lo ven, somos locales otra vez…”, y el intermitente ¡Chi-vas, chi-vas! El público local se contentaba con lanzar al portero rival el conocido insulto a cada despeje del balón.

Afuera, antes del partido casi nadie hizo caso del frío. El ambiente fue en extremo cálido: hubo mariachis, algunos con la playera a rayas del Guadalajara. Sin embargo, los americanistas desbordaron ingenio y exhibieron mantas con diversas leyendas: Día de muertos (con el escudo del cuadro tapatío, RIP Chivas y Chi-vas a descender.

Los aficionados también se dieron tiempo para solidarizarse con las familias de desaparecidos normalistas de Ayotzinapa. Seguidores amarillos mostraron una manta con la leyenda Ayotzinapa somos todos y el Rebaño mostró la frase 43 vivos ya.

La gente seguía entrando al coloso de Santa Úrsula y cerca del minuto 17 sólo quedaban algunos huecos en las tribunas, pero el ritmo decayó tras la lesión de Jair Pereira, defensa del Chivas. El Guadalajara jugó algunos minutos con 10 hombres, hasta que al 22 Hedgardo Marín entró en su lugar.

Al 30, el Quick Mendoza se lució con un gran avance, dejó a algunos defensas y luego sirvió para Oribe Peralta, quien intentó rematar de chilena, pero la jugada fue más vistosa que efectiva.

Rebasada la media hora de juego, Aguilar desvió en el área un tiro con el brazo; Bravo hizo airados reclamos pidiendo penal, pero el silbante Roberto García Orozco no vio o no quiso marcar.

El primer tiempo se consumió y nada evitó la rechifla para los jugadores que iban rumbo al vestidor, aunque enseguida de nuevo estalló el ensordecedor clamor de ¡Chi-vas, chi-vas!, que retumbó al iniciar el complemento.

El técnico Antonio Mohamed, sacó al 62 a Mendoza y mandó al campo a Luis Gabriel Rey. América ganó un tiro de esquina que Paul Aguilar disparó, pero sobre la línea de meta apareció Hedgardo Marín para despejar y evitar el gol. Su acción arrancó el grito de Chivas. Entonces el Turco metió a Miguel Layún por Arroyo.

En la recta final, las Águilas buscaron desesperadas el marco rival. Al 82, Peralta remató con la cabeza hacia la portería, pero Toño Rodríguez se sacudió el trauma de aquella goliza recibida en su primer clásico e hizo un atajadón soberbio para desviar e impedir el tanto. El Cepillo se quedó manoteando en el césped.

En la siguiente jugada, José Ramírez descolgó a velocidad, iba en punta, casi listo para entablar un mano a mano con Moisés Muñoz, pero se precipitó, disparó de lejos y echó por la borda una gran oportunidad.

El púbico se desquitó con un grito al unísono: ¡Chi-vas al descen-so, Chi-vas al descen-so!

Chepo de la Torre celebró el punto conseguido, porque todos nos daban como víctimas, e indicó que en este proyecto que inició bajo su dirección, lo que nos interesa es rescatar el mayor número de puntos. Lo que haya pasado antes es parte de la experiencia. Es un punto bueno.

Consideró que no les marcaron un penal a favor: Ustedes tienen la repetición, a mí me pareció mano, pero la decisión es del silbante. Además, se mostró conforme con la actitud de sus pupilos: Así debe ser siempre, hay que dejar todo en cada balón. Siempre tuvimos la sensación de que se podía ganar porque el América deja espacios.

Mohamed manifestó que les quedó una sensación de impotencia, sabor amargo y tristeza, pero rechazó quedarse con sabor a derrota: Sabe a empate. A la afición le importa más ser campeón, nosotros nos preparamos para ser primeros y monarcas.

Ante las críticas por no haber podido ganar en los clásicos de la temporada, reviró: ¡Si nosotros estamos mal, hay 17 equipos peor que nosotros...! El portero (Rodríguez) sacó una, otras las salvaron sobre la línea y en los últimos minutos busqué no perder. Tácticamente los superamos pero nos faltó el gol, si el equipo hubiera jugado el primer tiempo como el segundo, habríamos ganado.