Martes 4 de noviembre de 2014, p. 19
Ciudad del Vaticano.
El Papa Francisco advirtió este lunes contra la rivalidad y la vanagloria, a las cuales calificó como “dos polillas” que “comen la consistencia de la Iglesia” y la vuelven débil.
Durante el sermón de su misa privada matutina, que presidió en la capilla de la casa vaticana de Santa Marta, Jorge Mario Bergoglio lamentó que la desunión y el deseo “por hacerse ver” se manifieste en las instituciones católicas, en las parroquias y entre los colegas.
“La rivalidad y la vanagloria van contra esta armonía, esta concordia. Al contrario, sobre la rivalidad y la vanagloria, ¿qué nos aconseja Pablo? Cada uno, con toda humildad, debe considerar a los demás superiores a uno mismo”, sostuvo el Papa argentino hablando en italiano.
Citó al santo peruano Martín de Porres, humilde fraile dominicano, que este día celebra su fiesta y sostuvo que su espiritualidad estaba en el servicio, porque sentía que todos los otros, también los más grandes pecadores, eran superiores a él.

Indicó la clave en el buscar el bien de los otros y servir a los demás, para alcanzar un mismo sentir permaneciendo, como fieles, unánimes y concordes.
Reconoció que se pueden tener opiniones distintas dentro de la Iglesia, pero siempre dentro del aire y la atmósfera de humildad y caridad, sin despreciar a ninguno.
“Es feo cuando en las instituciones de la Iglesia, de una diócesis, encontramos en las parroquias gente que busca su interés, no el servicio, no el amor. Jesús dice: no buscar el propio interés, no ir por el camino del intercambio. Pero si yo te hice este favor, tú me haces aquello”, dijo.
“Cuando en una Iglesia existe la armonía, la unidad, no se busca el propio interés, existe esta actitud gratuita. Yo hago el bien, no hago un negocio con el bien”, apuntó.