Con Hotel Garage presentará mañana Di no a la yoga en El Péndulo de la Roma
De forma metafórica o real, nací en un hotel de paso; cuando ves sus letreros sabes que hay emociones
En la banda cada quien pinta con su instrumento; hay roqueros dibujantes como Jeff Beck
Jueves 13 de noviembre de 2014, p. 9
El rock mexicano se revitaliza con el nuevo disco de Jaime López y su Hotel Garage, titulado Di no a la yoga, que el autor de Chilanga banda y sus músicos presentarán mañana viernes en el Foro del Tejedor de la Cafebrería El Péndulo de la Roma, a las 18 y 21 horas, con rolas que en las letras escapan del lugar común y que en el sonido van del punk a lo norteño.
En una pausa durante un ensayo, el pasado martes, Jaime López –quien toca el bajo– habló de este disco y de la participación de amigos, de José Luis Domínguez, en la lira, e Iván García, en la bataca, así como de Las Hotelletes Abril Domínguez y Samantha Figueroa. Todos estuvieron ese martes en el ensayo, en la Escuela de Música DIM, que dirige el propio José Luis. Son 10 canciones en las que la voz de López se oye más rasposa y mejor que nunca.
“El disco comenzó a moverse hace rato, unos dos meses, pero salió al mercado hace menos de uno. Ya saben que los discos son más rápidos que uno. Esta será, sí, la primera tocada desde que lo acabamos. Ahora sí que vamos a presentarlo en sociedad. Vamos a ver de qué cueros salen más gonorreas. Vamos a experimentar el gozo de tocar una vez más. Mucha gente estuvo involucrada en la producción, desde personal de oficina, el diseño gráfico de Tania Martínez, la fotografía de Federico Robledo y de muchos músicos.
Aunque a veces uno haga sólo un disco, no deja de ser colectivo. Entre más personas involucras, mejor la nave va. Como a mí no me tocó la época de aquellas caravelas, cuando te embarcabas con una bola de locos para ver si había otro continente, esto de hacer un disco implica de alguna manera embarcarse rumbo a lo desconocido. Ahora, con más razón esta fue, es, una labor de equipo.
El que con López se junta...
–La voz cada vez es más rasposa...
–Va acabándose. Sobre todo aquí, en Hotel Garage, con la potencia que tiene Iván en la batería y el no menor wattaje de Domínguez en la guitarra; con la vibra del bajo me siento más impulsado para darle en la voz. La cosa ahora sí que se trata de colocarla lo mejor posible y, sobre todo, que en esto se trata de expresar algo. No es tanto a ver quién grita más, sino que en este caso nos gusta el sonido duro, crudo, incluso, sin perder esta sensibilidad.
Si vemos lo que está haciendo José Luis, con todo el proceso de la pedalería para su guitarra, es justamente como la paleta de un pintor. Ahí va encontrando sus colores propios a partir de colores colectivos. Cada quien canta a su manera a través de su instrumento. Con la voz busco matices, colores, colores a través del oído. De hecho hay muchos roqueros que son dibujantes, como Jeff Beck, Ron Wood, John Lennon; el mismo Paul McCartney pinta, y Bob Dylan; Leonard Cohen.
Para Iván, este disco es algo visceral, que ocurre cuando ya todos se conocen y no necesitan ni voltear a verse para saber qué es lo que el otro está pensando. En este disco se trató de entender bien las frases de José Luis y de Jaime. Y salió, como si fuera exprés. No, no fue duro el trato de Jaime
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López: Aquí hubo una tiranía imperfecta
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Iván: “A mí me gusta mucho la canción que da título al disco. Di no a la yoga, que fue el primer tema que grabamos. Esa canción tiene doble contexto y cada quien puede ponerle una interpretación. En la música tiene fuerza, esa tradición del rock”.
Jaime: A Iván lo conocemos desde hace unos ocho años, y el que con López se junta aprende a aullar. Yo pensé que iba a ser más difícil que Iván le agarrara la onda a dos tipos como Domínguez y yo que estamos llenos de mañas, pero parece que él venía con más. Fue, desde el principio, como cuchillo en mantequilla. Los discos no nos han costado mucho trabajo, y en este caso casi casi fue como que texto-gesto, y al revés. Automáticamente entramos en ese entendimiento
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Hotel Garage, nombre de la banda, remite a esos lugares para amar las 24 horas. Sin ir a demasiadas profundidades, sino más a superficialidades, que a veces suelen llevarte más al fondo, siempre me ha llamado la atención el típico o clásico letrero luminoso de hotel garage. En el siglo pasado, Lautréamont escribió: foco rojo, bandera del vicio. Cuando ves un letrero así sabes que hay emociones. Yo, metafórica o realmente, nací en un hotel de paso, y como que ha sido mi vida seguir de hotel tras hotel. Cuando llegué al DF el hotel garage era realmente el punto de reunión. Después se volvió un concepto al tocar. Hotel Garage está perfecto para definir la identidad
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José Luis Domínguez dijo sentirse muy contento con el resultado del disco. Es la relación con Jaime. De amigos tenemos poco tiempo, de conocernos más. No, de amistad fuerte ya son 30 años.
Jaime: 32, para ser exactos
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José Luis: Estamos dispuestos a sacar un disco, a estar en un escenario, a seguir coloreando y diciendo me siento bien, pero me siento Iván. A mí este disco lo que me aporta es vida. Yo veo este disco de principio a fin y me gusta todo. A pesar de que lo oí 100 mil veces para mezclarlo, masterizarlo y todo, lo oigo casi a diario y me gusta. Para mí, Jaime es el mejor compositor musical y escritor que he oído. Escucho rolas de hace 20 años y las actuales; siempre he convivido con su lenguaje, para hablar como cualquiera en la calle
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Las Hotelletes hablaron. Abril: “De las canciones viejitas me gusta Caete cadáver y del nuevo disco No soy un virtuoso.” Samantha: “Tres metros bajo tierra. La verdad nunca creí... sabía quién era Jaime López. Tengo 19 años y cuando supe que iba a trabajar con él me puse feliz. Mi papá escuchaba rock en español y oía a Cecilia”.
El 5 de diciembre estarán en El Imperial. Mañana viernes la cita es en el Foro del Tejedor de la Cafebrería El Péndulo de la Roma, de Álvaro Obregón 86, colonia Roma, a las 18 y 21 horas. Vayan, para que huyan del bostezo universal
, finalizó Jaime.