Este 20 de noviembre se cumple el centenario del escritor y militante José Revueltas (1914-1976). Al respecto, Mario González Suárez consideró que es un autor difícil de celebrar.

Además, prosiguió el también escritor, esta imagen como Ho Chi Minh, que adoptó a partir del 68, lo hizo un personaje un tanto estrambótico de la izquierda.

Eduardo Antonio Parra coincidió en señalar que, en efecto, a Revueltas le ha hecho daño ser un icono de izquierda, en el sentido de que lo leen mucho los que son de esa corriente, y los que no, un poco menos.

Parra también señaló en que el trasfondo político del autor de El apando, más que del Partido Comunista o del materialismo dialéctico, es bíblico. Debajo de su aparente militancia de izquierda, oculta una profesión de fe que es cristiana. Es el Revueltas que no se conoce, dijo.

González Suárez y Parra fueron invitados por Ediciones Era para hablar acerca del autor de Los errores, con motivo de la presentación para la prensa de la colección José Revueltas: obra reunida, consistente en siete tomos con sus creaciones más destacadas.

Según González Suárez, el homenajeado no sólo es novelista, sino su ficción propone explorar la naturaleza en general, un poco a la manera de los primeros teólogos del cristianismo, o sea, qué hace el hombre en la Tierra.

Parra hizo hincapié en la violencia que abordó Revueltas: Expone lo más abyecto de la condición humana en sus personajes. Se debe reconocer que jamás se detuvo ante la descripción y la exploración de las profundidades del subsuelo de las conciencias del ser humano.

José Revueltas semanas antes de su muerte Foto Renata von Hanffstengel

Además, es un tipo que jamás se quedó con las ganas de decir lo que pensaba, y aunque su mayor amor en la vida fue el Partido Comunista Mexicano, lo criticó al grado que lo expulsaron una y otra vez. Es un escritor incómodo, como fue un militante incómodo en su momento.

González Suárez señaló tres caudales en la obra de Revueltas: la parte biográfica, la literaria y la obra política, que al final podemos ver como uno solo: el hombre y sus actos. Dijo no saber qué sea un escritor de izquierda, término que “desapareció por completo. Es algo del realismo mágico. Revueltas en su praxis concreta, en sus encierros –dos veces en las islas Marías, en el Tutelar de Menores y al final en Lecumberri–, nos da la prueba de que la lucha social no es una novela, no puede ser una farándula. Es un hombre totalmente consecuente con sus ideas”.

Sin embargo, a partir del 68 en que empezó a convertirse en una especie de gurú de los estudiantes, cosa que nunca había experimentado, se da cuenta que su figura es más importante que su literatura, no para él, pero sí en la percepción de los demás. Era una leyenda antes de ser un escritor leído por la juventud, acotó Parra.