Domingo 23 de noviembre de 2014, p. 27
Jerusalén.
Human Rights Watch (HRW) pidió el sábado a Israel una moratoria en la demolición de casas de palestinos acusados de cometer atentados –como ocurrió esta semana en Jerusalén este–, y aseguró que esa práctica puede constituir un crimen de guerra.
Israel debería imponer una moratoria inmediata sobre su política de demoler las casas de las familias de los palestinos sospechosos de llevar a cabo ataques contra israelíes
, manifestó la organización con sede en Nueva York.
HRW deploró este tipo de castigo colectivo
, que constituye potencialmente un crimen de guerra. Israel debería juzgar, condenar y castigar a los criminales, y no llevar a cabo destrucciones vengativas que afectan a familias enteras
, subrayó.
Israel destruyó el miércoles pasado, por primera vez desde 2009, la casa de un palestino en Jerusalén este, que mató en octubre a un bebé israelí-estadunidense y a una mujer ecuatoriana al arrollarlos con su vehículo.
La destrucción de la vivienda tuvo lugar al día siguiente del atentado cometido por los primos Udai y Ghasan Abu Jamal en una sinagoga que dejó cinco israelíes muertos en Jerusalén oeste. Israel prometió responder con mano de hierro
a dicho ataque.
Pendiente, el derribo de viviendas
A las familias de Udai y Ghasan, así como de Muataz Hijazi –que en octubre hirió de gravedad a un judío ultraderechista–, se les notificó la próxima demolición de sus viviendas, aunque su realización está en espera de una decisión judicial, no obstante que esos activistas fueron abatidos por la policía tras cometer los atentados.
El abogado de las familias, Mohamed Mahmud, explicó que la fiscalía militar examinará este domingo su recurso contra esas demoliciones, medida abandonada hace cinco años por Israel puesto que el ejército la juzgaba contraproducente.
Estos hechos sucedieron después de que musulmanes palestinos tomaron como provocación la vista de judíos ortodoxos al sitio religioso de la vieja Jerusalén, conocido como la Explanada de las Mezquitas.
Mahmoud Abbas, el presidente palestino, alertó ayer de la amenaza de avivar el fuego del conflicto religioso e instó a los israelíes a no usurpar lugares sagrados del islam.