Obama discute con su gabinete las protestas raciales que se multiplican en el país
En un intento por amortiguar la ira, el jefe de la Casa Blanca se reúne con líderes de derechos civiles
Manos arriba, no disparen, es la consigna surgida en las protestas tras la decisión de un jurado investigador de no procesar al policía blanco que mató a un joven afroestadunidense en Ferguson en agosto pasado. La imagen, en la Universidad de Colorado, donde los estudiantes permanecieron 4 minutos y medio con las manos en altoFoto Reuters
Martes 2 de diciembre de 2014, p. 27
Nueva York.
Estudiantes encabezaron manifestaciones, vigilias y marchas en Estados Unidos, al continuar la ola de protestas por el caso de Michael Brown, quien fue muerto por un policía blanco en Ferguson, Misuri, el 9 de agosto, y que intensificó la ira cuando el proceso judicial determinó no presentar cargos contra el oficial la semana pasada.
Al mismo tiempo, la Casa Blanca continúa buscando formas de atender las expresiones de ira detonadas por el caso de Ferguson, nutrida por múltiples incidentes en los que fuerzas policiacas y el sistema judicial abusan o usan violencia excesiva contra afroestadunidenses y otras minorías. Hoy el presidente sostuvo una reunión de gabinete para abordar el tema de los enfrentamientos violentos entre manifestantes y policías en Ferguson y otros lugares después de que un gran jurado decidió no presentar cargos contra el policía blanco que mató al joven afroestadunidense en esa ciudad de Misuri.
En un intento por amortiguar la ira y atender algunas demandas detonadas por los sucesos en Ferguson, Obama también se reunió este lunes con líderes de derechos civiles y funcionarios de seguridad pública para abordar las relaciones cada vez más tensas entre la policía y las comunidades afroestadunidenses.
A la vez, como parte de los intentos de la Casa Blanca por responder a los disturbios y protestas provocadas por el caso de Ferguson, pero que ya son asunto nacional, el procurador general Eric Holder iniciará una gira nacional para sostener reuniones con líderes comunitarios y oficiales policiacos.
Pero las reuniones, informes y diálogos oficiales aún no logran convencer a diversos sectores que denuncian la injusticia del caso de Ferguson, como el racismo sistémico que, afirman, persiste en este país.
Después de acciones en decenas de ciudades en el transcurso de la semana pasada, este lunes se convocó a un paro a las 12:01, el momento en que fue baleado el joven de 18 años. La convocatoria fue difundida en redes sociales con acciones programadas en más de 30 ciudades. Estudiantes de preparatorias y universidades, entre otros, participaron en diversos actos que, aunque se centran en el caso de Ferguson, ya se han vuelto más que una reacción contra el sistema de justicia para afroestadunidenses y otras minorías, sino también sobre la prevalencia del racismo en este país.
Unos 800 jóvenes y simpatizantes se congregaron en Union Square con la consigna que nació en Ferguson: manos arriba, no disparen
, pero de ahí, de pronto se dirigieron a la Tercera Avenida y, sorprendiendo a la policía, alguien dio una señal y todos se echaron a correr por el centro de la avenida, con varios policías a pie tratando de mantener el ritmo hasta ser rescatados por un destacamento en motonetas. De ahí se concentraron en Times Square.
También hubo manifestaciones en las universidades Yale y Harvard, en la de Misuri, y la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), entre otras; un acto frente al Departamento de Justicia en Washington, y otros frente a tribunales y oficinas federales en varias ciudades. En preparatorias públicas y privadas, los estudiantes salieron de clases con los brazos en alto, símbolo de este movimiento. Con temperaturas bajo cero en lugares como Minneápolis y Iowa, decenas más se sumaron a las acciones, como otros en el calor de Texas.
La ira se ha nutrido con otros incidentes recientes que confirman, para muchos, las prácticas de abuso e impunidad de policías en la comunidad afroestadunidense y de otras minorías. Buena parte de las pancartas en la protesta de hoy en Nueva York eran en referencia a la muerte de Tamir Rice, el niño afroestadunidense de 12 años que fue baleado por policías en un parque en Cleveland hace una semana. La policía justificó la acción asegurando que respondió a informes de un joven armado en un parque. El arma resultó ser de juguete.
Durante las últimas semanas se han reportado varios incidentes en diversas partes del país, algo que líderes afroestadunidenses afirman que no es nada nuevo. A la vez, condenan que en demasiados casos los policías son exculpados, como en Ferguson.
Una investigación de datos federales de ProPublica esta semana concluyó que jóvenes afroestadunidenses de entre 15 y 19 años corrían un riesgo 21 veces mayor que sus contrapartes blancos de ser baleados fatalmente por policías.
Hace dos días la Comisión contra la Tortura de la Organización de Naciones Unidas emitió un informe para expresar su preocupación por los numerosos informes de brutalidad policiaca y uso excesivo de violencia por oficiales de seguridad pública, en particular contra personas pertenecientes a ciertos grupos raciales y étnicos
en Estados Unidos. También externó preocupación respecto de si las investigaciones sobre estos casos, al igual que los castigos, son suficientes y efectivos
.
Otro tema que ha surgido de nuevo con Ferguson es la militarización de la policía –lo cual se logra con el traslado de equipo militar del gobierno federal a las agencias locales– que se ha acelerado durante la última década con la justificación de la guerra contra el terrorismo
que se desarrolló después de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Pero el uso de este equipo por policías, sobre todo en redadas en comunidades de minorías, como en respuesta a protestas, ha provocado una creciente demanda por la desmilitarización de la policía.
Ante ello, Obama anunció este jueves medidas para fortalecer normas en el traslado de equipo militar a fuerzas policiacas locales, respuesta provocada por denuncias del uso de tal equipo en la represión de protestas en Ferguson y otras ciudades.