Martes 2 de diciembre de 2014, p. 28
Bogotá.
El general del ejército de Colombia, Rubén Darío Alzate, quien permaneció dos semanas en poder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y cuya captura provocó la peor crisis en la negociación de paz con el gobierno, solicitó el lunes su retiro del servicio activo al admitir que cometió un error que permitió su retención por parte de los insurgentes.
Temprano, el presidente Juan Manuel Santos exigió al jefe militar explicar las circunstancias en las que se produjo su retención el pasado 16 de noviembre.
Por mi honor militar, como primera virtud del soldado que he respetado sirviendo por más de 33 años de entrega y desprendimiento a nuestra patria, y por el amor y respeto a nuestra institución militar, que por este hecho se ha visto afectada, he solicitado al gobierno nacional mi retiro del servicio activo
, dijo el brigadier general visiblemente emocionado.
El general comandante de una unidad especializada en la lucha contrainsurgente, cayó en poder de rebeldes del Frente 34 del bloque Iván Ríos de las FARC con dos acompañantes el domingo 16 de noviembre, cuando sin escoltas y sin uniformes viajó en una lancha por un río hasta el caserío Las Mercedes, del departamento del Chocó.
Alzate, el oficial de más alto rango capturado por las FARC en 50 años de conflicto armado, admitió haber cometido errores en el protocolo de seguridad militar durante su visita, vinculada según dijo a un proyecto de energía alternativa dirigido por la abogada Gloria Urrego, retenida junto a él al igual que el cabo Jorge Rodríguez.
Debo reconocer que mi afán de servicio y el amor por el pueblo chocoano me llevó a no aplicar los procedimientos que en materia de seguridad debía adoptar en mi desplazamiento como general de la república y comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta Titán
, indicó, en su primera aparición pública en que leyó un texto acompañado por su esposa e hijos.
La captura de Alzate llevó al presidente Juan Manuel Santos a suspender los diálogos de paz que adelanta con las FARC en La Habana, sin un cese al fuego en Colombia, y condicionó su continuación a que fuera liberado con sus acompañantes. El mandatario reclamó ante el alto mando que el general haya roto los protocolos se seguridad.
Alzate, un condecorado oficial de 55 años, reveló que durante los 14 días en poder de la guerrilla fue esposado, amarrado, obligado a caminar largas jornadas en medio de la selva y amenazado de muerte.
Tras una rápida negociación con la guerrilla y la mediación de Cuba y Noruega, como países garantes del diálogo de paz que desde noviembre de 2012 se viene efectuando en La Habana, el oficial fue entregado a una misión humanitaria conformada por representantes de ambos países y el Comité Internacional de la Cruz Roja.
La liberación de Alzate y los demás rehenes abrió el camino para restablecer la negociación. Justo el lunes una parte del equipo de negociadores del gobierno colombiano viajó a La Habana para reunirse con la guerrilla.
La superación de este obstáculo debe ser un motivo no sólo para retomar las conversaciones sino para buscar su pronta terminación
, dijo el jefe del equipo negociador del gobierno, Humberto de la Calle.
Pero las FARC dijeron que se debe reconstruir la confianza que se rompió con la decisión de Santos de suspender el diálogo por las capturas, y pidieron rediseñar las reglas de juego del diálogo para evitar interrupciones futuras como consecuencia del conflicto.
Mientras, una fuerte polémica se generó este lunes en Colombia por una fotografía divulgada por las FARC, en la que el comandante rebelde Pastor Aldape, que participó en la entrega de los rehenes, se ve abrazando al general Rubén Darío Alzate, bajo una leyenda que dice la paz triunfará
.
Alzate denunció haber sido forzado a ser parte de un show mediático
por parte de las FARC, en alusión a la divulgación de la foto en cuestión, y que el gobierno de Santos rechazó enérgicamente
ya que eso no fue acordado
.