El primer actor de teatro, cine y televisión peruano Ricardo Cristóbal Blume Traverse (Lima, 1933), con una trayectoria de más de 62 años, la cual ha desarrollado principalmente en México, fue distinguido con la Medalla Bellas Artes, en una ceremonia que se realizó ayer en la sede de la Compañía Nacional de Teatro, de la cual es integrante de número.

Con una sólida formación teatral, Ricardo Blume ha actuado en unas 80 puestas en escena, en más de 20 películas e infinidad de telenovelas, y ha dirigido alrededor de 20 montajes.

Debutó a los 18 años en la Asociación de Artistas Aficionados. Continuó sus estudios de arte dramático en Madrid, España. A su regreso a Lima fundó y dirigió el Teatro de la Universidad Católica, donde una sala lleva su nombre; desde 1971 radica en México.

Aunque se dio a conocer en Hispanoamérica por su actuación en la telenovela Simplemente María, junto con la actriz Saby Kámalich, Ricardo Blume no ha dejado su pasión por el teatro.

En charla con La Jornada habla sobre su larga y fructífera experiencia, la cual le ha permitido afinar un método empírico de trabajo como actor, así como de algunos de los personajes que más lo han marcado en su carrera.

Con los años he desarrollado, por decirlo de alguna manera, un método empírico para abordar a mis personajes, pues no a todos se puede llegar igual. Me fijo, por ejemplo, en lo que dicen los otros personajes de él, que dice él de sí mismo (si es verdad o mentira), qué le gusta, para, de alguna manera, desentrañar al personaje y saber quién es, de dónde viene, adónde va.

Eso por supuesto, puntualiza Blume, “es Stanislavski, pero pasado por las enseñanzas del maestro Héctor Mendoza, de quien aprendí mucho.

Mendoza explicaba lo que significaba el quién soy o de dónde vengo, no en el sentido geográfico del término, sino qué me ha sucedido, como personaje.

Ricardo Blume ha actuado en unas 80 puestas en escena, en más de 20 películas e infinidad de telenovelas, y ha dirigido alrededor de 20 montajesFoto Yazmín Ortega Cortés

Esa forma de abordar un personaje “lo hice con la figura de Sigmund Freud, en la obra Feliz nuevo siglo, doctor Freud, de Sabina Berman, y en la puesta en escena de Natán el sabio, de Gotthold Ephraim Lessing (1729-1781), con dirección de Enrique Singer”, dos de los personajes más entrañables en su carrera, comenta el reconocido actor.

De Freud, detalla, más que desde el punto de vista intelectual, lo abordé como ser humano. “Yo podía saber en cada momento qué estaba sintiendo el personaje. Al reflexionar sobre mi carrera teatral, los personajes que mejor se me han dado son los de los intelectuales, pues también en cierto momento interpreté la figura de James Joyce.

“Soy muy riguroso en cuanto a la disciplina y los horarios, pero también he aprendido a jugar. Vengo de una escuela donde aprendí a Sófocles, a Esquilo, a Shakespeare, a Aristófanes; era todo muy solemne y teníamos mucho respeto mal entendido, respecto de los clásicos: nos paralizaban.

Luego aprendí que el teatro es un juego, no en el que pasan papeles escritos, sino uno en el que se ponen en juego ideas, sentimientos y preocupaciones.

En el cine, explica, “la cámara se acerca de manera voyerista y muestra lo que piensas y sientes; en el teatro se tiene que proyectar eso mismo para que llegue al espectador, y la televisión implica ambas cosas, tiene un poco de teatro y cine.

Al final de cuentas, como actor, hay que buscar y encontrar un método propio, que te funcione a ti. Si algún consejo puedo dar a las nuevas generaciones es: júntate siempre con los buenos. acércate a ellos, que algo se pega.

Ricardo Blume es actualmente actor de número de la Compañía Nacional de Teatro, agrupación a la que ha pertenecido en diferentes momentos de la historia de la CNT.

“Me siento muy ablumado”, expresa en tono de broma al preguntarle qué se siente ser distinguido con la Medalla Bellas Artes.