La rentabilidad de los proyectos derivados de la reforma energética podría reducirse por la caída de los precios internacionales del petróleo y con ello afectar el desempeño de la economía nacional, advirtió el Banco de México (BdeM). Agregó que si la producción petrolera sigue en descenso, la cuenta corriente también podría resultar afectada negativamente.

Al difundir la minuta de la más reciente reunión de la junta de gobierno, el BdeM precisó que uno de sus miembros consideró que existe el riesgo de que otras reformas estructurales, como la de competencia, no tengan el impacto esperado.

La caída de los precios del petróleo, indicó otro miembro, ha influido en los mercados cambiarios, y la mayoría consideró que se ha exacerbado la desaceleración de las economías emergentes por la disminución del precio de las materias primas, como el crudo.

La devaluación que ha sufrido el peso frente al dólar en las últimas semanas fue interpretada por la mayoría de los integrantes de la junta como un ajuste del tipo de cambio real que obedece a la caída en el precio del crudo y a la expectativa de mayores costos financieros. Algunos también lo atribuyeron al fortalecimiento del dólar y uno más a que se atraviesa por un cierre estacional de posiciones que produce una reducción de liquidez en el mercado y a que el peso se utiliza como elemento de cobertura contra riesgos en otras divisas de países emergentes.

La mayoría de los funcionarios del BdeM sostuvo que tales movimientos cambiarios que ubicaron al peso en niveles no observados desde 2002 se han dado de manera ordenada, con niveles de operación y liquidez adecuados.

No obstante, el BdeM mencionó que el tipo de cambio representa un riesgo al alza de mantenerse en los niveles actuales por un periodo mayor al previsto o incluso si presentan depreciaciones adicionales, aunque anticipó que será transitorio. Otro riesgo al alza es que el salario mínimo se incremente por encima de la inflación.

Sobre la economía en general, la mayoría de los miembros de la junta de gobierno consideró que en el último mes hubo un empeoramiento de los riesgos para su crecimiento y todos sus integrantes volvieron a mencionar como hicieron en otras juntas que los recientes acontecimientos sociales (en referencia a las protestas derivadas de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa) podrían afectar la confianza de los consumidores y de los inversionistas.

La economía mexicana registró durante el tercer trimestre del año un ritmo de crecimiento más moderado que el observado en el periodo anterior y que fue impulsado por la demanda externa, particularmente de Estados Unidos, y un poco por la recuperación de la inversión privada, indicó la mayoría de los integrantes de la junta de gobierno del BdeM. Previeron que en los siguientes trimestres la economía tendrá un ritmo menor al que anticiparon hace poco.

La mayoría señaló que también se deterioró el balance de riesgos respecto a la reunión de política monetaria anterior, en particular para la inflación. Destacó que en el cuarto trimestre del año el consumo privado sigue sin mostrar señales claras de reactivación. Uno de ellos puntualizó que se ha reflejado en el débil desempeño de las ventas al menudeo, las importaciones de consumo y del indicador del consumo privado. Tiene un comportamiento endeble, sentenciaron algunos miembros sobre el consumo privado e incluso uno de ellos mencionó que aunque el empleo formal se ha expandido, el empleo total sigue débil y la masa salarial continúa disminuyendo lo que puede obstaculizar la expansión del consumo.

Abundaron que tampoco los efectos del gasto público sobre la actividad económica han acabado de manifestarse y los sectores industrial y de servicios tuvieron un dinamismo menor en el tercer trimestre en términos anuales

No obstante, acotaron que prevalecen condiciones de holgura en la economía y estimó que la inflación cierre alrededor de 4 por ciento en 2014 y para mediados de 2015 calculó que se ubicará alrededor de 3 por ciento.