Intriga, violencia e impunidad se mezclan en los productos que genera la tv para el rating
Mucha gente se ve reflejada
: Gimena Gómez:
Se presenta en el Centro Cultural Helénico
Sábado 20 de diciembre de 2014, p. 9
La búsqueda de fama, de querer ser estrella de televisión, tiene riesgos muchas veces fatales, ligados a secuestros, abusos sexuales, desapariciones, envueltos en una red donde la madeja no es fácil de asir, y tal es el centro temático de la obra de teatro Rosa mexicano, que se escenifica en el Centro Cultural Helénico. Lamentablemente mucha gente se verá reflejada, de un modo o de otro
, expresó Gimena Gómez, actriz que interpreta a una joven que se encontrará con un promotor de televisión llamado Luis. Cualquier parecido con la realidad es mera ironía.
Las tensiones las aportan nociones semánticas como la intriga, la violencia, el encubrimiento; la pantalla chica encierra misterios insospechados.
Rosa mexicano, de Luis Ayhllón, bajo la dirección de Martín Acosta, cuenta con las actuaciones de Aída López, Gimena Gómez, Rodrigo Virago y Francisco Cardoso. Su estreno fue el pasado 28 de noviembre y permanecerá en cartelera hasta el 21 de diciembre, con funciones sábado a las 18 y 20:30 y domingos a las 18 horas.
La enajenación
La trama toma como punto de partida la enajenación de Flor por las telenovelas, ilusionada por conocer a Luis Vivanco, su estrella
favorita. Acude afuera de las instalaciones de la televisora más grande del país para tener un encuentro con el artista; este hecho desencadena una aventura que ella jamás imaginó, donde incluso la Virgen de Guadalupe tiene una singular intervención.
El encubrimiento forma parte de esta historia teñida por un oscuro crimen que rápidamente la televisora se encarga de darle un manejo distinto, algo más conveniente. Pronto se pone de manifiesto el oscuro trato de los medios de comunicación y la distorsionada imagen que muestran al público.
Personajes como un hada, un zorro, un teporingo y un oso, ayudarán a Flor a regresar a su casa y dejar el bosque encantado donde despierta desorientada. La historia está contada a manera de fantasía; sin embargo, las referencias se tornan obvias en el transcurso de la obra.
La dramaturgia de Luis Ayhllón ahonda con humor negro sobre los productos que generan las televisoras para elevar su rating, la despiadada manipulación de sus seguidores y las redes de intriga que se entretejen para mantener al público pendiente del televisor.
Julia Reyes Retana realizó el diseño de escenografía, Matías Gorlero, el de iluminación; Fernanda García, vestuario; Xico Reyes, sonido; Daniel Ruiz Primo, videoarte; Bruno Olvez y Carlo Villareal, diseño gráfico y fotografía.
Francisco Cardozo, quien hace el papel de Luis, expuso que Rosa mexicano tuvo una temporada en el teatro El Galeón. “Rosa mexicano tiene cinco historias paralelas: una que es la realista, donde aparece una fan de un actor de televisión, de una empresa localizada en el Periférico. Llega a buscarlo y uno de los productores acaba desapareciéndola; esto se mezcla con seres de un bosque y se convierte en un cuento de hadas.
Se habla sobre la impunidad, de cómo hay personas en este país que tienen poder y pueden hacer lo que quieran, sin recibir ningún castigo. Se van a asolear a Miami a pesar de que esté una niña desaparecida.
Gimena explicó que su personaje, Flor, es una chica de clase media baja que estudió en el Conalep, no tiene trabajo y es muy ingenua. Desgraciadamente, la falta de educación crea ciertas condiciones de riesgo. A menos información hay más posibilidades de manipulación.
Para Gimena, este tipo de personajes implica un peso creciente, social, pues es hablar de las mujeres desaparecidas. Para mí, como actriz, es muy importante este personaje, ser una voz y poder expresar lo que está mal en México. Esto aparte de entretener y de pasarla bien. A final de cuentas, una función primordial del teatro es la de educar y evidenciar lo que está bien y mal. No obstante esto, en la obra hay mucho humor, corrosivo y ácido. Te ríes de una tragedia, realmente. Es una obra con tintes fársicos, de la que se sale meditando y burlándose del esquema social en que vivimos. Como está el país, ya sólo nos queda reírnos.
Cardozo: “Yo por eso ya no veo noticieros. Es más, si quiero ver una película me meto a Internet. Decidí ya no ver televisión, salvo una que otra cosa, que igual se puede ver en Internet. Rosa mexicano es para todos. La gente se ríe mucho y ha habido funciones en las que el público comenta que se divirtieron mucho, a pesar de lo fuerte del tema. Nos reímos de la tragedia. La madre de la joven desaparecida sabe que no va a haber justicia. El productor la invita a una fiesta y ahí desaparece. Entonces comienza a deambular por un mundo fantástico, que puede ser una historia paralela. Esa interpretación queda abierta.”
Rosa mexicano dura 100 minutos. Boletos en taquilla y Ticketmaster. Precios: $250, 200 y 150.