Ante el interés, es necesaria la profesionalización: expertos
Lunes 22 de diciembre de 2014, p. 5
La habilidad del equilibrista, la destreza del trapecista y la armonía del acróbata, dotes que se transmitían de generación en generación entre los cirqueros, han cambiado: ahora existen instituciones que permiten a los jóvenes aprender el arte circense y lo fusionan con danza y teatro.
Circo Volador, Cirko de Mente, Helios Escuela de Artes Escénico Circenses, Casa de Artes y Circo Contemporáneo son algunos ejemplos de que el interés en el arte del circo crece más cada día; sin embargo, falta una escuela nacional de circo que fortalezca el desarrollo de esta profesión en el país.
El historiador de arte e investigador Julio Revolledo aseguró que fue en la década de los años 90 cuando surgió este auge por el arte circense en América Latina, porque la gente descubrió que podía estudiar artes circenses sin provenir de una familia de circo tradicional.
Los primeros se acercaron al circo tradicional y otros empezaron a generar corrientes a partir del teatro y la danza. Comenzaron a fusionar las disciplinas y, a veces era más danza que circo y otras más teatro que circo, pero así empezaron a generarse estas fusiones, hasta crear propuestas más interesantes, donde el nivel de la técnica circense fue sumamente elevada y donde las otras artes escénicas juegan un papel complementario.
El investigador recordó que desde sus inicios el circo ha tenido esa capacidad de conjuntar todas las artes escénicas.
Hay historiadores que atribuyen al circo ser la madre de todas las artes, precisamente por haber sido multidisciplinario desde su origen. Hoy se da mayor importancia a un guión, por ejemplo, a una temática, para expresar las técnicas y las artes del circo.
El autor del libro La fabulosa historia del circo en México lamentó que se aprobara una ley contra el uso de animales en las carpas. Argumentó que el circo tradicional, que incluía a los animales, estaba logrando un nivel de diversificación muy interesante
.
Sin embargo, reconoció que existe un circo nuevo que fusiona diversas artes, que las autoridades deberían entender que el arte circense es una profesión exactamente igual a la actriz, bailarín o músico, pero en México estamos atrasados. Falta mucho por hacer; esto implicaría que se lanzara una escuela nacional de circo desde el Estado.
A manera de ejemplo, Revolledo dijo que Cuba creó su escuela en 1976, la cual ha tenido gran apoyo, mientras la institución de Brasil es de las más importantes de América Latina. La empresa estatal del circo ruso es la más grande del mundo, ya que recluta a 7 mil 200 artistas, 2 mil 600 animales y 49 circos estables.
Ante la situación del circo en el país, en 2005 la Universidad Mesoamericana, con sede en Puebla, incluyó entre sus carreras la licenciatura en artes escénicas y circenses contemporáneas, donde Julio Revolledo se desempeña como director de la carrera.
El rector de la universidad, Salvador Calva Morales, asumió una tarea que no le correspondía históricamente, pero lo hizo por el amor personal que tiene al circo
, indicó el historiador.
En México, cuando menos 80 familias se dedican al arte circense, y existen alrededor de 500 circos a escala nacional, de acuerdo con datos de la Unión Nacional de Empresarios y Artistas de Circo. Sin embargo, Revolledo aseguró que al gobierno se le ha olvidado que el pueblo siempre se divirtió en el circo y ahí encontró la única referencia escénica.
Los circos fueron los únicos que divirtieron a la población pobre, y es sumamente triste el panorama actual.
El investigador precisó que México tiene una tradición circense muy importante, ya que ha producido grandes artistas de circo, como Alfredo Codona, primer trapecista mexicano que logró el triple salto mortal en 1927, pero las autoridades no han dado a esta profesión el lugar que merece dentro de la cultura nacional.
El día que realmente se entienda lo que el circo ha aportado al mundo y a la cultura mundial nos enorgulleceremos.
Tradición voladora
El especialista en la actividad circense recordó que el país tuvo a los mejores trapecistas del mundo, porque históricamente tenemos una gran tradición de volar.
Nuestra tradición viene desde los voladores de Papantla y tantos aparatos que la población indígena llegó a crear con una tecnología avanzadísima para su época. Los pueblos genéticamente han desarrollado los actos que su cuerpo les permite realizar, pero los mexicanos hemos sido grandes voladores, a tal punto que también hemos sido grandes clavadistas.
El director y fundador de Casa de Artes y Circo Contemporáneo, Silvestre Mejía, consideró que en los pasados 10 años se han incrementado los centros de formación en el arte circense, porque muchas personas no sólo lo ven como profesión, sino como un lugar donde pueden entrenarse físicamente.
Es impresionante la cantidad de personas que se dedican a la práctica circense, consideró Karen Bernal, bailarina aérea. En la imagen, un acto del circo AtaydeFoto Yazmín Ortega Cortés
Explicó que el circo nuevo, también llamado contemporáneo, no está de moda, sino que hay artistas escénicos, como bailarines o actores, que de pronto deciden incursionar en el trabajo circense, aunque reconoció que también hay chicos de preparatoria u oficinistas que al ver espectáculos como los del Circo de Sol deciden adentrarse al mundo circense.
“El circo contemporáneo –detalló Mejía– es una mezcla de disciplinas; hay danza, teatro del gesto, de pantomima, de la música, del video, aparte de los actos circenses de malabarismo, equilibrismo y aro. El público podrá ver en un bailarín que desarrolla una coreografía de piso bellamente, pero también sube a un aparato aéreo circense y ejecuta un acto, que además acompaña con video y música en vivo.”
Silverio Mejía afirmó que todavía falta mucho para que en el país exista un reconocimiento al arte circense y se pueda crear una escuela nacional, porque la gente, en su mayoría adultos, no la consideran una profesión.
Evoluciones paralelas
Andrea Peláez, fundadora de la compañía Cirko de Mente, afirmó que la evolución del circo se ha dado de manera paralela a la de las artes escénicas, especialmente de la danza y el teatro.
“El arte circense es una especie de híbrido entre las técnicas tradicionales de circo y el arte contemporáneo. Lo que tenemos en México en estos momentos son ecos de lo que sucede en el mundo y que comenzó a gestarse a partir de que el circo dejó de transmitirse de generación en generación.
Al darse esta inquietud e interés entre la gente de artes escéncias, los nuevos practicantes de circo comenzaron a crear propuestas diferentes. En el caso de Cirko de Mente, que iniciamos hace 10 años, empezamos por generar nuestros espacios y a compartir lo que aprendíamos. En mi caso tuve que salir de México y buscar lugarres de formación y me encontré con todo el movimiento que existe en Latinoamérica y, por supuesto, en Europa y Canadá.
Peláez expuso que en Cirko de Mente se ha impulsado el arte circense con talleres y diplomados. Asimismo crearon sus espectáculos y organizaron una convención de circo en el país.
Nació con Mikahil Shatin
Karen Bernal, quien estudió circo en Barcelona y es precursora de danza aérea en México, consideró que el nuevo arte circense en el país surgió hace 15 años, con la llegada de artistas como Mikahil Shatin, quien ofreció clases de arte acción, no de circo propiamente, a bailarines y actores.
Había como 10 o 15 personas en el curso. Mezclaban un acto acrobático con lo escénico; ellos empezaron con el nuevo circo, fuera de las familias de carpas. Ahora es impresionante la cantidad de personas que se dedican a la práctica circense
, explica la ejecutante de danza aérea, quien trabajó en compañías como el Circo del Sol, Eros Ludens, Circo Sentido y en Teatro Sunil.
Para Bernal en estos momentos existe un impulso del circo contemporáneo que apuesta a la profesionalización con grupos que están logrando consolidar programas y esfuerzos para dar continuidad al arte circense
.
Enfatizó: Vivo y trabajo en las artes escénicas, en el circo, pero mi formación inicial es como bailarina, y así como yo, la mayoría de mis compañeros actores o bailarines encontraron en el circo una herramienta más. El arte circense desdibuja fronteras y no creo que sea necesario dividirlo
.
En el interior de la República Mexicana también se ha incrementado el gusto por el trabajo circense, como el uso del aro, conocido como hula hoop, el cual emergió en el mundo del circo en la década de los años 60. En Hermosillo, Sonora, Esmeralda García se dedica desde hace cinco año a las artes circenses. Este año ganó el certamen internacional Hooping Idol 4.
Estudié la carrera de teatro en la universidad de Sonora y por azares del destino me enteré de las convenciones de circo que se hacen en el país. En una ocasión asistí a una y traje información a Hermosillo de cómo aprender el hula hula.
Aro, cuerpo y mente
Astrid Arellano, quien desde hace un año practica el hula con García, explicó que “con el manejo del aro el cuerpo y la mente trabajan siempre, porque sólo piensas qué truco quieres hacer o aprender. Te desconectas del mundo; eres tú y tu juguete y las habilidades que deseas desarrollar.
Realmente cualquiera puede aprender mientras juega. No hay limitantes para el uso del aro y todas las personas pueden hacer malabares, mientras tengan interés.
El nuevo circo combina el arte dramático y las artes circenses, creando estilos únicos para emocionar al espectador.