Después de los enfrentamientos ocurridos en La Ruana y Apatzingán, Michoacán, la Comisión Permanente aceptó convocar a una reunión de trabajo al comisionado federal en esa entidad, Alfredo Castillo Cervantes, y en una reunión paralela al comisionado de seguridad, Monte Alejandro Rubido, así como a la subprocuradora de la Procuraduría General de la República, Mariana Benítez Tiburcio.

En la discusión del tema, legisladores de diversos partidos señalaron que a pesar de las políticas del gobierno federal en la materia no se han reducido los índices de violencia en el país.

El presidente de la mesa directiva, Silvano Aureoles (PRD), sostuvo que los enfrentamientos armados en Michoacán son resultado de un descuido de Castillo Cervantes, que dejó de lado su encomienda de seguridad para dedicarse a asuntos políticos y de la vida social.

Va a todos los eventos públicos, donde siempre es el último orador. Anda hasta en los torneos de tenis, dijo.

Aureoles consideró que el gobierno federal debe seguir todas las líneas de investigación del enfrentamiento en Apatzingán, incluida la posibilidad de que policías federales o militares habrían ejecutado a civiles.

Refirió que desde el año pasado alertó que algunas regiones de Michoacán estaban en riesgo de estallar y ahora existe la posibilidad de que la violencia escale y afecte el proceso electoral de este año, en el que él participará.

Por su parte, la diputada Lilia Aguilar refirió que la comparecencia de Castillo se solicitó desde el 22 de diciembre, no sólo por el enfrentamiento en La Ruana, sino que no se ha contenido la delincuencia en Michoacán , a pesar del uso excesivo de la fuerza pública.

A partir de los hechos de La Ruana se ha confirmado una serie de abusos y excesos que el comisionado había ejercido desde que está en el cargo, como la invasión de competencia de los distintos poderes estatales y municipales, sostuvo.