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La cinta surgió de la fascinación del guionista Anthony McCarten por Stephen Hawking

Más que al genio, La teoría del todo muestra un padre, un esposo y un optimista eterno

El astrofísico nunca hubiera conseguido lo que logró sin una pareja como Jane, cuyas memorias fueron usadas para hacer la película, dice el también productor

Está dirigida por James Marsh

Foto
Felicity Jones y Eddie Redmayne en un fotograma del filme
 
Periódico La Jornada
Viernes 9 de enero de 2015, p. 6

En 1963, un estudiante de cosmología de la reconocida Universidad de Cambridge, Inglaterra, buscaba una sencilla, pero elocuente explicación para el origen del universo.

El joven, que indagaba sobre teorías del Big Bang, de los agujeros negros, los conos de luz, entre otras, sería hoy día uno de los científicos más reconocidos del mundo, pese a estar inmovilizado en una silla de ruedas.

Stephen Hawking, cuyas investigaciones quedaron plasmadas en el trascendental libro Una breve historia del tiempo, es el nombre del investigador y escritor que los 21 años recibió un diagnóstico médico duro: una enfermedad de las neuronas motrices atacaría sus movimientos y el habla.

Pero lo que no atacó la devastadora enfermedad fue la capacidad del hombre para amar, que surgió con la aparición de una estudiante de arte de la misma universidad, Jane Wilde, de quien se enamoraró y con quien se casó y procreó tres hijos.

Esa parte poco conocida del científico es la que se narra en La teoría del todo, que se estrenó ayer en México con 50 copias. La película está basada en las memorias de Jane Hawking, Travelling to Infinity: My Life with Stephen. La dirige James Marsh, quien obtuvo un Óscar por el documental Man on Wire.

Admiración al esfuerzo

Por su parte, el guionista y productor Anthony McCarten llevaba mucho tiempo fascinado por Hawking; en particular, con el tiempo y el esfuerzo que le llevó al hombre, severamente discapacitado físicamente, escribir su libro más influyente.

“La teoría del todo trata tanto de la física del amor como del amor a la física”, comenta McCarten, quien se conmovió ante las memorias de Jane Hawking.

Descubrió una historia de amor maravillosa entre dos personas, increíblemente intensa y obstaculizada: primero por el decaimiento físico y luego por la llegada de la fama. Cuando la noticia de su muerte inminente mostró ser exagerada y dos años se volvieron 10, y luego 20, la situación exigió que su amor tomara formas atrevidas y poco ortodoxas para sobrevivir. Es una historia de amor sin precedente.

Imaginando la historia de la pareja como un largometraje, empezó a escribir una adaptación del libro sin ninguna garantía. Conoció a Jane. Siempre me sentiré agradecido con ella por haber contestado al timbre de su casa y por haberme invitado a entrar. No se hicieron promesas ese día y nuestro diálogo continuó por un tiempo, comenta.

Abunda: Mucha gente no piensa en la vida doméstica de Stephen Hawking, mucho menos sabe que solía hablar y caminar y definitivamente no sabe que tiene hijos. Ves más allá del genio y encuentras a un padre, un esposo y, debajo de todo eso, un optimista eterno... Pero, en mi opinión, el elemento más poderoso de la historia está en que el atrofísico nunca hubiera conseguido lo que logró sin una pareja como Jane. La película abarca 25 años de la relación de Jane y Stephen mientras los vemos lograr cosas que ni siquiera los más aptos corporalmente podemos imaginar. A ese nivel, es única. Al mismo tiempo, amar y querer a alguien es algo universal.

El guionista agrega: Jane hizo algo extraordinario: le dijo a Stephen: sí, me caso contigo y nos embarcaremos juntos en ese viaje. Esto fue esencial para él, ya que, como admitió, estaba en un momento oscuro en ese entonces. Apenas comenzaba su vida cuando le dijeron que terminaría y pronto. A pesar de la incertidumbre, con Jane entró feliz y optimista al matrimonio.

La teoría del todo es protagonizada por Eddie Redmayne, quien requirió de siete meses con el entrenamiento de un coreógrafo para ejecutar los movimientos como Stephen. Felicity Jones caracteriza a Jane.

A McCarten le llevó varios años asegurar los derechos legales y la bendición y permiso de Jane y Stephen para que esta historia de amor se hiciera película. Durante esos años trabajaron juntos incansablemente en la historia, prometiendo huir del sensacionalismo o de hacer de ella algo excesivamente sentimental; además se comprometieron a transmitir la complejidad del matrimonio.

Afirma: Es un éxito que pudieran caminar por ese terreno difícil juntos, en un matrimonio que duró décadas. Stephen y Jane muestran lo que pueden lograr los seres humanos cuando deciden hacer algo. Sin embargo, al escribir el guión, tuve que dejar lugar para sus ánimos y frustraciones, completamente comprensibles. Nuestra película celebra a Stephen, pero no intenta volverlo un ídolo mitológico; él tenía emociones muy negativas sobre la pérdida de su fortaleza física y lo exponemos, al igual que los puntos bajos y altos del matrimonio.

Marsh seguía trabajando en películas narrativas y de no-ficción. Cuando recibió el guión el director admite que “tenía una imagen fija de Stephen Hawking como la brillante mente científica en silla de ruedas y con una máquina de voz.

“Sin embargo, me enamoré rápidamente del punto de vista desde el que lo narra Anthony. Encontró un ángulo fascinante: contar la historia desde la perspectiva de la mujer que se estaba enamorando de un hombre con un cuerpo funcional y que posteriormente toma la decisión crítica de quedarse con el hombre que ama cuando lo diagnostican con una enfermedad terminal.

La historia de amor conmovedora e inusual que escribió Anthony era muy original a la hora de mostrar cómo es vivir con alguien que está incapacitado, y a la vez es un genio, además de la carga que eso significó para la carrera de Jane y para ella como esposa y como madre. Era territorio muy fértil.

Según información de la agencia Afp, Hawking calificó el filme de bastante acertado. Cuando se enteró del proyecto, al principio lo aprobó sólo vagamante y no se mostró particularmente entusiasmado, admitió el británico James Marsh. Pero el físico luego vio el largometraje y lo apreció mucho, en particular la actuación de quien lo interpreta: Redmayne, quien apareció en Los miserables y es considerado uno de los potenciales candidatos a un Óscar como mejor actor.