Actualmente se enfrenta una crisis por falta de liderazgo para evitar los cohechos
La ex presidenta del Ifai teme que en 2015 se ponga en jaque a las instituciones
Viernes 9 de enero de 2015, p. 11
La ex presidenta del Instituto Federal de Acceso a la Información y actualmente investigadora en la Unidad de Posgrado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Jacqueline Peschard subraya que si bien la transparencia suele ser un inhibidor de la corrupción, en México esta condición no se ha alcanzado plenamente, pues faltan controles efectivos sobre la deshonestidad
. Sin la polémica sobre la Casa Blanca plenamente disipada agrega: Hay un discurso oficial deslegitimado (sobre la corrupción), en el que no se genera ninguna credibilidad
.
Entrevistada sobre la coyuntura actual en materia de transparencia y corrupción, para Peschard el retraso de la respuesta presidencial (sobre la casa de Angélica Rivera) y la falta de explicaciones sobre la licitación del tren México-Querétaro
son factores negativos: Si todo estaba bien, por qué cancelaron la licitación; si la casa estaba bien, porqué el retraso en la explicación, aunque eso no quita el conflicto de interés ni el mal procesamiento público
.
Un contexto que, asociado a los hechos ocurridos en Iguala, a las masacres perpetradas en el país, le lleva a reconocer un desgaste institucional, en todas sus vertientes. La falta de vigencia del estado de derecho es totalmente un problema en el país. ¿Dónde está el imperio de la ley?
–¿Hay una deslegitimación de las instituciones?
–Creo que sí. Hay un desgaste en las instituciones, pero hay que asumir que la única salida real, es precisamente a través de las propias instituciones.
–¿Percibe falta de liderazgo para salir de esta coyuntura?
–Totalmente, pero ausencia de liderazgo no solamente en el gobierno, también en la oposición y eso ya es un punto crítico.
Estamos en una crisis de capacidad institucional: la Suprema Corte de Justicia de la Nación hace su trabajo, pero no se ve cómo pueda liderar algo; la Comisión Nacional de los Derechos Humanos enfrenta en los años recientes un desprestigio y deslegitimación terrible; el Congreso difícilmente puede ser un líder que convoque a un gran pacto social. Creo que el Presidente debió de hacerlo, pero llama la atención que en su decálogo estuvieron todos los gobernadores, pero después resulta que no hubo consenso en torno a él, mientras los partidos ya no fueron con él.
Doctora en ciencia política y también ex consejera del desaparecido Instituto Federal Electoral, Peschard advierte que 2015, año electoral, se vislumbra “muy preocupante. Todos piensan que lo electoral es el eslabón más básico, porque no es lo sustantivo, pero es lo más frágil del régimen. Yo me imagino que no pudiera haber elecciones en Guerrero o en otra entidad y ¿no haya nada preventivo?
Que la gente se aleje de las urnas sería el mal menor, pero lo que preocupa es que se pueda aprovechar el momento electoral para poner en jaque a las instituciones. No es que no sepamos organizar elecciones, sino que este contexto ex muy atípico, particularmente excepcional, con los partidos desprestigiados y los nuevos que no levantan.
Peschard da cuenta de avances legislativos, pero de una ineficacia operativa: México alcanza ya el séptimo lugar mundial en términos de marco legal en materia de transparencia, pero el 106 en la medición sobre los niveles de corrupción: “Tenemos un buen marco normativo en transparencia, que sí ha servido para algo, pero el rezago que traíamos es tan grande en términos de transparentar. Esta debe ser transversal, no una acumulación de acciones.
–¿En principio, a mayor transparencia habría menor corrupción?
–Esa es la lógica pero no ocurre.
–¿Hay una percepción ciudadana de que somos un país de políticos corruptos?
–Sí, hay una percepción de políticos corruptos. Hay una relación transparencia y corrupción pero no es mecánica. El impacto que ha tenido es que se transparenta entonces se hace evidente lo que todos presumimos. Es como la Casa Blanca, muchas cosas ahora se transparentan porque lo obtienen los periodistas a través del Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos.
–¿No hay más corrupción, sino más evidencia?
–Eso es lo que creo. Hay más evidencias y a cada rato lo vemos. Lo que hace falta a esta relación transparencia-corrupción, son los mayores controles a la corrupción. La transparencia es un inhibidor de la corrupción pero no la elimina, para ello se requiere otro tipo de controles, porque si la corrupción se premia y el corrupto es el que gana licitaciones; no paga una infracción fiscal, mientras genere incentivos prevalecerá. Hasta que tenga un costo terrible ser corrupto. Mientras no sea así, no es suficiente con la transparencia.
–El Presidente ha respaldado un sistema nacional anticorrupción en medio de los cuestionamientos por la Casa Blanca. ¿Esto no le resta autoridad moral?
–Sí.
Para la ex presidenta del Ifai los niveles de corrupción en el país también estuvieron presentes en la desaparición de los jóvenes de Ayotzinapa y han favorecido la creciente violencia en el país.
–¿Esto se expresa en una falta de vigencia del estado de derecho?
–Es un problema del país. En seguridad pública tenemos muchos años de masacres, muertos, ejecuciones. No sé cuántos muertos. ¿Más de 20 mil en el sexenio? Lo que se desprende del caso Ayotzinapa es la colusión de las autoridades. De nueva cuenta es algo que todos presumíamos, pero las evidencias hacen que esto cobre otro significado.
Según Peschard, esto motiva que los hechos en Iguala hayan desbordado el ámbito estatal y haya hecho imposible encapsularlo en esa entidad.
–¿Se percibe un 2015 electoralmente muy complejo?
–Es un arranque terrible. En 1994 había una crisis horrenda con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y Colosio, pero se procesaron y se logró encapsular. Ahora hay una suma de descontentos muy arraigados y expresiones de la sociedad muy descompuestas, sostiene.