Los sueros, desarrollados por una farmacéutica británica y otra de EU
Voluntarios en Suiza presentaron dolores articulares, pero es un efecto secundario menor: OMS
Tras los ensayos habrá que esperar hasta un mes para obtener datos sobre la inmunización
Sábado 10 de enero de 2015, p. 30
Ginebra.
Las pruebas clínicas en humanos de las dos vacunas más confiables para combatir el ébola se realizarán a finales de enero en Liberia, Guinea Conakry y Sierra Leona, países más afectados por el brote epidémico, informó este viernes la doctora Marie Paule Kieny, directora general adjunta de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Detalló que existe suficiente información para concluir que los dos sueros más avanzados, desarrollados por la farmacéutica británica GlaxoSmithKline y la estadunidense Merck and NewLink, tienen un perfil aceptable de seguridad
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El ébola, enfermedad que hasta el momento no tiene tratamiento de cura ni vacuna, ha dejado 8 mil 235 muertos de 20 mil 707 infectados, de acuerdo con el balance más reciente de la OMS, dado a conocer el 7 de enero.
El virus se transmite a través de fluidos corporales directos y provoca fiebre, diarrea, hemorragias, así como fallas renales y hepáticas.
Unas 4 mil 500 personas recibirán a finales de enero las primeras dosis en Liberia, mientras los ensayos continuarán en febrero en Guinea Conakry, donde se aplicarán en un igual número de personas, y en Sierra Leona, país en el que serán suministradas a 6 mil voluntarios, aseguró Kieny.
Después de los ensayos, habrá que esperar entre dos y cuatro semanas para tener datos sobre la inmunización que proporcionan esas vacunas, que ya fueron probadas en voluntarios en diversos países con resultados aceptables en materia de seguridad
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Una vez que la fase tres de las pruebas sea realizada y validada se podrán distribuir las vacunas de manera general. Sin embargo, Kieny advirtió que aún pueden pasar varios meses hasta que los sueros puedan ser aplicados.
Los ensayos con la sustancia VSV-ZEBOV, de Merck and NewLink, realizados en un grupo de 59 voluntarios en Suiza, fueron suspendidos en diciembre después de que las personas tratadas dijeran sentir dolores articulares. No obstante, se concluyó que se trataba de un efecto secundario menor, informó Kieny, por lo que las pruebas continuaron.
El profesor de microbiología Peter Piot, uno de los científicos que descubrió en 1976 este mal, dijo que le preocupa la limitación para probar si las vacunas funcionan, pero sostuvo que debe trabajarse cada opción para detener el brote.