Las boxeadoras debemos apoyarnos abajo del cuadrilátero, dice
Martes 13 de enero de 2015, p. a11
Hace más de dos años que Mariana La Barbie Juárez no tiene un título del orbe. Lo perdió en octubre de 2012 ante la estadunidense Ava Knight y desde entonces no ha regresado por un campeonato. El próximo 14 de febrero volverá a disputarlo, esta vez el supermosca del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), que pertenece a Zulina La Loba Muñoz.
Dos años sin cetro, pero a ella la siguen llamando campeona, dice La Barbie, a un mes de un combate que se fraguó en declaraciones de prensa y que –ante las complicaciones en la mesa de negociaciones– el CMB ordenó que se enfrentaran la número uno en la clasificación y la actual monarca.
A pesar de no tener un cinto en cada pelea ha sido como si fuera un campeonato del mundo
, dijo Mariana. Hay quienes defienden su título, pero ante peleadoras que ni siquiera están clasificadas para no ponerse en riesgo
, señala.
Mariana acusa a su próxima rival de enfrentar a pesos menores al de la división supermosca para tener ventaja, por eso sostiene que cualquiera de sus combates tiene más valor que las defensas de Zulina Muñoz.
Cuando una es campeona debe enfrentar a lo mejor de la división, eso debe demostrar Zulina
, dijo La Barbie.
Mariana advierte que no ha perdido el piso por la fama, pero que tampoco puede permitir que se minimice su larga trayectoria en el boxeo femenino en México. Ella, junto a otras peleadoras, inauguró este deporte profesional en 1999, pues antes estaba prohibido para las mujeres en la ciudad de México.
No lo digo con soberbia, porque todos saben que he tropezado, pero me he levantado
, recuerda. Dadas las condiciones en las que se ha construido este deporte para las mujeres, indica que abajo del cuadrilátero debemos ir todas juntas, porque arriba ya se han hecho los cambios
.
Reconoce que echaba de menos un cinturón mundial, pero no necesariamente el que tiene Zulina. “Pude subir a gallo y lograrlo en otra división, pero el CMB ordenó la contienda y ahora Zulina peleará con la primera clasificada, que soy yo.
No creo que mi nombre pese más que el de un organismo, pero a pesar del tiempo, la gente me sigue llamando campeona, porque reconoce mi carrera.