No voy a comentar nada de situaciones pasadas. Hoy estoy comprometido al ciento por ciento con el club, con mis compañeros, y solamente agradecer a toda la gente, a la afición, que en los momentos difíciles siempre estuvo conmigo, señaló Paul Aguilar, defensa del América, al presentarse ayer ante los representantes de los medios de comunicación, luego de que fue separado del plantel en la liguilla anterior.

Pese a advertir que no quería hablar del problema que tuvo con el técnico Antonio Mohamed, se le preguntó si era ahora más maduro, y contestó: Sigo siendo el mismo. Fue una situación difícil, pero quedó en el pasado.

Después apuntó que no tiene por qué cambiar, soy el chavo al que le gusta hacer bromitas, estar alegre en todo momento y entregarme al máximo en la cancha.

Confió que fue una emoción muy grande portar el gafete de capitán en su regreso al equipo: “Me sentía como cuando uno va debutando. Sobre todo por la situación que atravesé en cuanto a lo familiar. Tenía muchas ganas de regresar. Se me dio y estoy agradecido con la directiva, que en todo momento me dio apoyo, con el cuerpo técnico que llegó, con mis compañeros, con los que estuve en comunicación.

Era algo que deseaba y se me dio, y hoy solamente quiero decir que trataré de esforzarme, de dar lo mejor de mí para corresponder a toda esa afición y al club, que siempre estuvieron conmigo.

–¿Saliste ganando al final? Porque continúas aquí...

–No era competencia. No entraré en esa disputa.

Sin embargo, aceptó otra pregunta, pero cuando le señalaron si era su decisión no tocar el tema o si la directiva le prohibió hablar, abandonó la conferencia de prensa en el estadio Azteca, tras el entrenamiento del equipo.

Antes, al comentar el nuevo sistema de las Águilas con el técnico Gustavo Matosas, el zaguero dijo que deben defenderse e ir al frente con el mismo poderío, porque si en los partidos no marcamos y solamente nos dedicamos a atacar, me parece que pasaremos situaciones difíciles.

Su compañero Paolo Goltz estuvo de acuerdo con él, porque al jugar ofensivo es inevitable que quedan espacios atrás. Tenemos que encontrar ese equilibrio que nos dé la seguridad y los resultados que esperamos.