La fusión de ritmos tradicionales de oriente con la música popular mexicana del Eblen Macari Trío desembarcó en diciembre pasado en su hábitat natural con la gira que realizó en ciudades como Riad (Arabia Saudita), Manama (Bahrein), Zgharta y Beirut (ambas de Líbano), donde presentó su más reciente producción, De Beirut a Cosamaloapan, además de una selección de sus 13 producciones anteriores.

En entrevista con La Jornada el músico confesó que esa gira fue algo que quería realizar desde que salió el disco. Tanto Olga Martínez, quien toca el abdelmaasih-clavecín, como yo somos de origen libanés, y el tercer miembro del grupo Francisco Bringas toca el derbake como árabe. El recibimiento fue cálido, pues integrar elementos árabes a nuestra propuesta y fusionarla con la música tradicional mexicana fue entendido y agradecido por el público. Aplaudieron a los mestizos, que no olvidamos nuestra raíz.

Eblen agregó: “Desde hace varios años la embajada de México en Arabia Saudita tenía contemplada la gira; sin embargo, hasta ahora les pareció una buena idea presentar De Beirut a Cosamaloapan en el mundo árabe, así que en diciembre pasado se abrió la posibilidad y junto con la embajada de Líbano se organizó y extendió la gira. Nos presentamos en Riad, Manama y Zgharta y Beirut”.

En Bahrein, uno de los conciertos más emotivos

Eblen agregó: “En Bahrein nos presentamos en un teatro de primer mundo, en el que el público nos despidió de pie. Fue uno de los conciertos más emotivos de mi carrera. La historia en Líbano es más personal. Nos presentamos en Zgharta, en la catedral que edificó mi abuelo, Kabalan Macari, quien murió hace 50 años. Él fue benefactor de su pueblo y sigue siendo muy querido y respetado. El concierto que dimos lo dedicamos a la memoria de Kabalan, así que el público fue muy receptivo y nos dio mucho cariño. Para nosotros fue muy entrañable...

Hicimos una visita a Kelhat, el pueblo de nuestra clarinestista Olga Martínez, que está a 10 minutos de Zgharta, donde acordamos regresar para dar un concierto.

Otra de las presentaciones que enumeró el músico fue la que ofrecieron para los estudiantes de música de la universidad de Kaslik, en Beirut; esta escuela tiene la reputación de tener un alto nivel; ahí la famosa cantante y ejecutante Sahar Taha escuchó el concierto y escribió una nota, en la que resalta y aplaude la fusión entre oriente y occidente en nuestra música.

A la pregunta de qué se encontró en los países que visitó, musicalmente hablando, Eblen Macari respondió: La herencia musical en todos esos países es tremenda. Conocer en persona a Sahar Taha fue muy grato. Esta vez la gira se desarrolló muy rápido; en la visita anterior estuvimos 10 días en la universidad de Kaslik, donde preparamos un concierto con músicos libaneses; ahí alternamos nuestras piezas con música sacra de la tradición maronita y resultó toda una experiencia.

Francisco Bringas, Eblen Macari y Olga Martínez en su presentación en la catedral de San Juan Bautista, en ZghartaFoto Christian Makary

Haciendo una pausa para reflexionar sobre su trabajo, confesó: Cuando trabajas profesionalmente en la música vas adonde te invitan. Así hemos viajado por todo el mundo; nos hemos acostumbrado a estar en países poco comunes. En un principio todos queremos ir a Londres, Roma, París... con el tiempo nos hemos dado cuenta de que es más atractivo actuar en otros foros, porque esas ciudades están muy saturadas. Por ejemplo, en Europa, el país donde más hemos tocado es Portugal. Para mí es el más lindo de ese continente y es el menos visitado por músicos. Con esta lógica hemos tocado en India, Indonesia, Haití, Belice y muchos más. Afortunadamente, Líbano está en una lista exótica que no todos los músicos quieren visitar.

Grato, representar a México muy lejos

Respecto de las dificultades que enfrenta una agrupación como la que lidera al realizar sus giras, el músico señaló: No es fácil; hay que coordinar vuelos, ver fechas disponibles en los espacios que nos interesa presentarnos; las visas son toda una burocracia y a eso se suma el exceso de equipaje por los instrumentos. Pero lo grato es ir a representar a México tan lejos.

Eblen Macari refirió que su producción 14, De Beirut a Cosamaloapan, es un proyecto fascinante en el que caben todas las músicas que he abarcado en mi carrera: la contemporánea, barroca, de Medio Oriente y el son jarocho. A mí me abre las posibilidades de un producto original, con mi propia voz.

Aprovechó también para informar cómo se recibe su música en México: El público nos recibe muy bien; batallamos un poco con algunos colegas y promotores que son muy severos con mi propuesta. Algunos me los encuentro de jurados del Fonca (nunca he obtenido una beca), que están muy clavados en la tradición, la academia o el jazz, y nos ponen tache. Nadie es profeta en su tierra; a veces es más fácil conseguir un concierto en un buen festival de Líbano o en la isla de Java que en Querétaro o Toluca. Ni hablar, seguiremos trabajando en conseguir giras por el extranjero.