La pieza perteneció a un hombre que deseaba dejar un legado; murió de 95 años
El museo posee una colección de 280 unidades de mamíferos, entre las que se cuentan ballenas, un oso polar errante, entre otros, informa el director Hjörtur Gísli Sigurosson
Es un recinto serio con material para realizar investigaciones científicas sobre el tema
Viernes 16 de enero de 2015, p. 2
Reikiavik.
El islandés Pall Arason era un hombre legendario y quería dejar tras su muerte un legado muy especial: su virilidad. Hoy día puede verse en Reikiavik, conservado en formol en un cilindro, en el que quizá sea el único Museo del Falo del mundo. De este modo, se volvió el primer ejemplar humano de una colección de aproximadamente 300 penes.
Arason estaba algo preocupado, pues en los últimos años su virilidad estaba considerablemente mermada
, cuenta Hjörtur Gísli Sigurosson, director del museo. Este islandés, cuya vida había estado plagada de aventuras amorosas, tenía 95 años cuando falleció. Sin embargo, por muy encantado que estuviera el museo al conseguir por fin un pene de homo sapiens, la codiciada pieza está más bien arrugada y dista mucho de tener buena presencia.
Por eso, Sigurosson deposita sus esperanzas en un documento de donación firmado en 2014 que cuelga junto a dos fotografías en las paredes del museo. Proviene de Jonah Falcon, el hombre con el pene más largo jamás medido. No creo que podamos conseguir uno más grande o mejor
, afirma el director del museo. Es bastante grande
, al parecer, de más de 34 centímetros. Pero el estadunidense tiene 44 años, reconoce Sigurosson, así que probablemente tendremos que esperar un largo rato
.
Diversas ofertas
Lo cierto es que el islandés recibe más ofertas de las que puede aceptar. Muchas no son serias, o luego la gente no las cumple
, señala. Además, quien quiera donar su pene debe realizar antes ciertos trámites administrativos. Cada país tiene sus propias leyes sobre lo que a uno se le puede retirar del cuerpo
, explica el experto. Sin embargo, el esfuerzo tiene su recompensa: La fama eterna
, afirma.
Aunque todavía no posee el pene más largo del mundo, el islandés se muestra orgulloso de su colección, con la que empezó su padre en 1974. “Me dijo: ‘Alguien tiene que hacerlo’”, cuenta Sigurosson. Era profesor y siempre quería enseñar algo a la gente
, aunque entre sus intenciones también había cierto placer en la provocación, añade.
La Faloteca Nacional de Islandia es probablemente la única en el mundo que contiene una colección de especímenes fálicos pertenecientes a los diversos tipos de mamíferos en un solo país.
La falología es una ciencia antigua que ha recibido, hasta épocas recientes, muy poca atención en Islandia, salvo como campo de estudio al margen de otras disciplinas, apéndice de otras ciencias como la historia, el arte, la sicología, la literatura y otros campos artísticos como la música y el ballet. Ahora, gracias a la Faloteca Islandesa, los individuos interesados pueden por fin emprender un estudio serio en el campo de la falología de manera organizada y científica.
La Faloteca Islandesa contiene una colección de 280 penes y partes de ese órgano pertenecientes a casi todos los mamíferos marinos y terrestres de Islandia. Los visitantes del museo encontrarán 55 especímenes de 17 tipos de ballenas, uno tomado de un oso polar errante, 36 pertenecientes a siete tipos de focas y morsas, y 115 de 20 tipos de mamíferos terrestres. En total hay 210 especímenes pertenientes a 46 tipos de mamíferos.
El museo ha tenido la suerte de obtener la promesa de recibir cuatro especímenes certificados de homo sapiens. Asimismo, hay unos 23 de seres folclóricos islandeses y 40 no autóctonos.
En las salas del museo no sólo pueden contemplarse los genitales de perros, gatos, ratones o caballos bañados en formalina, sino además hay penes de canguro, oso polar, reno, babuino o foca. El visitante encontrará además varios miembros de poderosos mamíferos marinos, pues las ballenas y los delfines abundan en la isla.
Es fácil acceder a los animales autóctonos
, afirma Sigurosson. Cada vez que una ballena queda varada en la costa, los vecinos avisan al director del museo. ¿Quiere el pene?
, le preguntan. No obstante, sólo se expone la parte final, pues el órgano entero resulta demasiado grande: el más largo de los que posee Sigurosson mide 1.45 metros. En total, 75 kilos de pene de cachalote.
Para los ejemplares exóticos, el director del museo confía a menudo en los turistas, que le aportan rarezas de sus viajes como genitales de jirafa o elefante. Y como Islandia es un país con predilección por los seres mitológicos, también hay expuesto un pene de elfo. El catálogo del museo lo describe como un ejemplar inusualmente grande y antiguo
.
Con todo, lamenta Sigurosson, la colección dista mucho de estar completa: le encantaría tener, entre otros, miembros de leones, rinocerontes o hipopótamos. Siempre supo que algún día heredaría el puesto de su padre, y no le parece que sea un trabajo raro. En realidad, es como cualquier otro: vender entradas, responder preguntas... o trabajar con penes
, agrega entre risas.
Anualmente, unas 20 mil personas acuden a este museo situado en el centro de Reikiavik, muchos atraídos por las recomendaciones en las guías de viaje. Sigurosson ve a menudo la curiosidad en sus rostros, pero rara vez decepción. Sólo en una ocasión le solicitaron la devolución de la entrada, cuenta encogiéndose de hombros. Si fuera un museo de manos o pies nadie diría nada. Pero al exponer penes, cualquier reacción es posible
.