Camarilla de partidos; reunión con periodistas
uando la burocracia política del Comité Directivo Estatal del Partido Acción Nacional (PAN) en pleno, incluidos sus principales cuadros y diputados, salieron a defender sin empacho al edil de Medellín, Omar Cruz, señalado desde distintas vertientes como uno de los principales actores a investigar por la desaparición del periodista Moisés Sánchez Cerezo, abonaron –y mucho– a la desconfianza y falta de credibilidad de los ciudadanos en las instituciones, que ven actuar a los políticos como una camarilla con lealtades a toda prueba.
Se compruebe o no la responsabilidad del alcalde panista en el secuestro de Sánchez Cerezo, el blanquiazul cae en gran contradicción cuando en Veracruz hace lo que reprochó al Partido de la Revolución Democrática en Guerrero: defender al ex gobernador Ángel Aguirre y, en menor medida, al alcalde de Iguala, Jesús Abarca, ambos corresponsables de la desaparición de los 43 normalistas de Atyozinapa.
Es la misma actitud del tricolor cuando sus diputados defienden a sus alcaldes y otros funcionarios cuando se les comprueban corruptelas y malos manejos del dinero público. Es decir, los partidos actúan como sindicatos de cómplices que se encubren mutuamente en aras de defender parcelas de poder y control financiero, importándoles un pito la gente a la que convocan a votar en tiempos de comicios y a la que consuetudinariamente engañan una y otra vez.
Claro que hay complicidad ciudadana cuando la corta memoria, agudizada por la pobreza ancestral manipulada políticamente, olvida el incumplimiento de promesas y las actitudes facciosas de diputados y gobernantes para caer en el garlito electoral.
Por lo pronto, el PAN cerró filas en torno al alcalde de Medellín y acusó que el asunto de la desaparición del periodista esta siendo politizado. Es el mismo argumento del munícipe para sostener su inocencia: una lección de generosa solidaridad con su militante.
Mientras el editor de La Unión sigue sin aparecer, se programó para este lunes una reunión entre el procurador de Justicia del estado, Luis Ángel Bravo y el secretario de Gobierno, Gerardo Buganza, con el reducido grupo de periodistas capitalinos que viene saliendo a las calles desde hace dos semanas a protestar por el secuestro de Sánchez Cerezo.