La IP y su dedo flamígero
Lo que dice... y lo que calla
Prietitos en el arroz electoral
sí que el señor Beato, líder del sindicato de patrones en esta ciudad, ha marcado a los políticos que buscan ir de un puesto a otro dentro de las oficinas del gobierno, considerado esto como los poderes que lo rigen, y los descalifica sin más, como si dentro de los grupos patronales no hubiera quienes van de una chamba a otra y viven, sin estar dentro de la nómina del gobierno, de los dineros de la gente.
Y más, este sujeto, que se atreve a criticar a los políticos, no tiene empacho en criticar a los grandes tramposos de su sector, por lo que sus palabras deberían de carecer, y deben carecer, de cualquier credibilidad. Vamos, cualquiera entiende que el señor Beato tiene que prestarse a los juegos de engaño con los que la iniciativa privada estafa, cada que se le pega la gana, a la gente. Pero debería tener cuando menos un poco de vergüenza antes de hacer crítica en los otros y usar el manto de la impunidad para cubrir a los suyos, porque es lo mismo que hacen los políticos, a los que él odia.
No, aquí no se trata de defender a los políticos, que nos han demostrado, una y otra vez, que se quieren parecer a los patrones. Los de esta generación montada en los presupuestos del gobierno no tienen perdón, pero tampoco los hombres del dinero, que, a fin de cuentas, no hacen más que vivir de la plusvalía de los trabajadores o cosas peores, porque a fin de cuentas, qué, ¿no sería parte de su trabajo invertir para crear más empleo y con ello cercenar una de las vías que alimenta a diario la corrupción y la violencia?
Bueno sería que el señor Beato nos dijera que no hay que ir a comprar a Soriana porque sirvió para engendrar un poder que hoy va en contra hasta de la misma iniciativa privada, y que se encumbró de forma ilegal y por tanto no es legítima. Bueno sería que la Coparmex se pronunciara en contra de Walmart, que todo mundo sabe de las prácticas sucias que utiliza, o bien contra la televisión, que se convierte en monopolio y se hace trampa desde el gobierno para que siga operando.
Así que, si esperamos que la Coparmex nos dé a conocer la lista negra de los políticos a los que no quiere en el gobierno de la ciudad, bueno sería que la misma Coparmex se encargara de decirnos cuáles son las empresas en las que uno no debe confiar, porque son ladronas, porque brincan de un nombre a otro, como chapulines, para evadir los impuestos, porque se niegan a crear empleos y deciden que lo mejor es sacar su dinero del país. En fin, que el afán justiciero del señor Beato vaya por todos los caminos que la justicia ampara, ¿o hasta allí no llega su sagrada justicia?
De pasadita
Vaya tejido que se logró desde la Secretaría de Gobierno del Distrito Federal para crear un grupo sólido para la próxima Asamblea Legislativa, aunque, a decir verdad, la música desentona cuando se trata de ciertos delegados que han sido repudiados en los lugares que gobernaron y que hoy quieren treparse en la nómina de la Asamblea. Uno, el más notable, es el de Coyoacán, mejor conocido como Tomate. Y qué decir de Elizabeth, que destrozó a Iztacalco. Parece que con esas propuestas lo que se quiere decir, desde el PRD, es que nadie es perfecto, y menos que nadie ellos, los amarillos.
Pero por otra parte, eso hay que reconocerlo, Héctor Serrano ha construido un entramado que, aunque no parece pesar mucho, dentro de unos meses habrá de ser la parte más importante de la elección en el DF, porque en las 16 delegaciones el control estará en las manos del secretario de Gobierno. Muy pronto habremos de hacer cuentas al respecto.