Jueves 22 de enero de 2015, p. 32
A poco más de cuatro meses de que se realicen las elecciones en la ciudad de México, el dirigente del partido Morena, Eduardo Cervantes, presentó su renuncia al cargo con carácter irrevocable.
En una escueta carta dirigida a Donají Alba Arroyo, presidenta de la mesa directiva de este instituto político en el DF, Cervantes Díaz Lombardo argumentó que se iba “por diferencias insuperables con la dirección de facto” en la capital.
“Con esta fecha y por dignidad –remarcó en su texto– renuncio de manera definitiva a la presidencia del Comité Ejecutivo Estatal de nuestro partido”.
La carta iba marcada con copia para Andrés Manuel López Obrador, presidente del Consejo Nacional de Morena, y Martí Batres, presidente del Comité Ejecutivo Nacional.
De acuerdo con fuentes de este partido, la salida de Eduardo Cervantes –quien ya había renunciado en dos ocasiones, pero el comité estatal le pidió que permaneciera en su encargo– se debió a que Morena no crecía en cuanto a militantes en la ciudad.
De 45 mil registrados en los primeros seis meses de 2013, pasó a 70 mil a finales de 2014, pero la meta era llegar a 100 mil.
Por ello explicaron las fuentes consultadas, el Consejo Nacional designó a personajes de la dirigencia nacional para que apoyaran los trabajos de expansión de Morena, situación que molestó a Cervantes, junto con el hecho de que el comité estatal fue marginado de la definición de precanddidatos a diputados y delegados.