Temporada de ocho funciones en el Teatro de la Ciudad
un drama sicológico y filosófico
Claudio Valdés Kuri encabeza la compañía que presenta el auto sacramental La vida es sueño, de Pedro Calderón de la Barca
Jueves 22 de enero de 2015, p. 6
Calificado como un drama sicológico y filosófico
, que sugiere una aventura introspectiva, durante la cual el hombre
se somete a arduas pruebas para realizarse como ser humano, el auto sacramental La vida es sueño, de Pedro Calderón de la Barca, será escenificado por la compañía Teatro de Ciertos Habitantes
Claudio Valdés Kuri encabeza la agrupación que sólo realizará ocho funciones en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, antes de comenzar una gira por América Latina y Europa.
Ese trabajo es el octavo y más reciente proyecto de la compañía fundada en 1997, la cual es reconocida a escala internacional.
En 17 años ha realizado sólo ocho producciones, debido, explica Valdés Kuri, a los largos procesos de investigación y experimentación escénica multidisciplinaria.
De acuerdo con el creador escénico, la agrupación se ha presentado en unas 200 ciudades alrededor del mundo, desde los festivales más importantes hasta las plazas más pequeñas
.
En esa propuesta abordan uno de los textos “más desconocidos, sugerentes y fascinantes, del español: el auto sacramental La vida es sueño, escrito en 1674, por Calderón de la Barca, a quien se le reconoce como el autor que supo entender la mente humana y, por decirlo de alguna manera, fue el gran sicólogo de la época”.
Ese texto, se debe aclarar, no es el del famosísimo drama La vida es sueño escrito por el dramaturgo español 38 años antes del auto sacramental.
La vida al extremo
Se trata de un drama sicológico y filosófico
en torno a la evolución como especie y como individuos, explica Valdés Kuri.
“Calderón de la Barca vivió una vida muy profana. Se le acusó, en algún momento, de asesinato y de entrar a un convento de monjas para robarse a una mujer. Fue también soldado. Ello podría ser, entre comillas, normal en un dramaturgo que quería experimentar la vida al extremo. Lo interesante es que casi a sus 40 años se convirtió en sacerdote, y al final de su vida, a los 81 años, rescribió su obra teatral La vida es sueño como auto sacramental”.
No sólo retoma el tema principal, el libre albedrío, sino que eleva a los personajes de carne y hueso a figuras filosóficas.
Calderón, sigue Valdés Kuri, tomó como anécdota la historia bíblica: del Génesis, la caída del ángel, el surgimiento del hombre, la expulsión del paraíso, la redención por medio del perdón y la instauración de los sacramentos.
En su auto sacramental, Calderón de la Barca vierte toda su experiencia profana y sacra
, pues presenta una especie de tratado alquímico, lleno de un conocimiento hermético sorprendente
.
Sugiere un viaje iniciático, como lo describen las sagas del hermetismo, desde la antigüedad hasta el presente: el tránsito obligado del aspirante por la geometría sagrada, la aritmética, la música y la astronomía, cuatro ciencias por las que uno podía conocer y comprender el universo.
Y son esas cuatro disciplinas, las que retoma Valdés Kuri para la puesta en escena, con un elenco de sólo 13 intérpretes masculinos, que conforman un ensamble de actores-músicos-bailarines-cantantes.
Hacemos danzas geométricas que muestran la evolución del personaje y se integran piezas musicales del periodo virreinal barroco mexicano, además de incluir piezas en náhuatl y quechua.
El auto sacramental La vida es sueño se presentará del 5 al 15 de febrero, los jueves y viernes, a las 20:30 horas; sábados, a las 19 horas, y domingos a las 18 horas, en el Teatro de la Ciudad (calle Donceles 36, Centro Histórico); en abril se escenificará en el Templo de Santo Domingo y después la compañía Teatro de Ciertos Habitantes iniciará gira internacional.