Entre aplausos, Alejandro Encinas presentó su renuncia al PRD, del cual es fundador. Tras cuestionar el desdibujamiento que ha venido sufriendo el instituto político, dijo que no puede mantenerse en las filas del partido al que han puesto en evidencia los acontecimientos en Iguala y que, a cuatro meses de la tragedia, su dirección guarda silencio y apuesta al desgaste y al olvido, subrayó.

Aseguró que no se sumará a ningún otro partido con el que tenga identidad, sino que asumirá una causa mayor: la construcción de una red nacional para reivindicación y unidad de la izquierda, donde la toma de decisiones no se imponga por un liderazgo centralizado, sino por la discusión colectiva, y donde la opinión de cada uno de sus integrantes tenga el mismo peso.

En el Museo Estación Indianilla, en ocasión de su segundo Informe legislativo, el senador señaló que el PRD ha abandonado los postulados que le dieron origen. “Ha perdido credibilidad como partido opositor, se ha instaurado la corrupción como práctica que antes combatía: el clientelismo, el fraude electoral, la compra de votos en sus procesos internos, la impunidad en la violación de sus propias normas, la malversación de recursos públicos, el moche legislativo o el condicionar el empleo en los gobiernos que preside al pago de un diezmo del salario de los trabajadores. Se ha llegado al extremo de vender candidaturas y postular a delincuentes como candidatos”.

Es momento de hacer un alto, sostuvo ante Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo –quienes renunciaron antes al partido–, Ifigenia Martínez, Marcelo Ebrard, así como algunos integrantes de Morena.

Encinas lamentó que a lo largo de 25 años se haya dilapidado el capital político del PRD, y advirtió que hay perredistas que se encuentran en el desencanto, indignados e incluso avergonzados de la descomposición que vive el partido.

Señaló que se mantendrá actuando como senador de Movimiento Progresista, de coalición electoral que integraron PRD, PT Movimiento Ciudadano y Morena.