A pesar del ambiente de tensión que se vive desde hace dos años en la localidad de Coyotepec, estado de México, cuando el alcalde Alfredo Anguiano intentó por la fuerza que el gobierno municipal asumiera el control del agua, las autoridades estatales no han hecho nada por generar un espacio de diálogo entre los grupos enfrentados, lo cual puede generar violencia.

Antonio Lara, director del Centro de Derechos Humanos Zeferino Ladrillero, advirtió que el pasado viernes la comunidad recuperó las instalaciones del agua que habían tomado varios días los simpatizantes del alcalde, lo que puede generar más inestabilidad si no se toman medidas inmediatas para resolver el conflicto.

El problema en Coyotepec, recordó el activista, se inició en junio de 2013, cuando el presidente municipal anunció que intentaría tomar el control del agua de la comunidad, la cual es administrada desde hace años por un sistema de usos y costumbres, donde un grupo de ciudadanos electos en asamblea se encarga de realizar dicha tarea.

Municipalización del líquido

El 9 de junio de ese año, indicó, Anguiano convocó a una asamblea donde sólo acudieron sus simpatizantes y en la que se avaló la llamada municipalización del líquido. En protesta, unos mil 500 habitantes bloquearon la carretera México-Querétaro en ambos sentidos durante varias horas, hasta que un grupo de granaderos los desalojó, con saldo de más de 50 lesionados.

Unas semanas después, el 1° de julio, el activista Alfredo Cruz Luna fue asesinado a tiros, en un hecho que los habitantes opositores al control municipal del agua atribuyen al alcalde Anguiano.

En octubre de 2014, la Comisión Federal de Electricidad cortó de forma indebida el suministro de energía de los pozos de Coyotepec, lo que dejó sin agua a unos 70 mil habitantes e hizo aumentar la tensión en la localidad, al mismo tiempo que arreció el discurso de que el agua debía pasar a manos del municipio, indicó Lara.

Los hechos de tensión más recientes en el pueblo ocurrieron hace un par de semanas, cuando un grupo afín al presidente municipal tomó las oficinas de la Administración de Agua Potable de Coyotepec y agredió a Tomás Mezas García, uno de sus integrantes.

Apenas el viernes anterior, dicha sede fue retomada por los habitantes de la comunidad, en un clima de tensión que puede salirse de control, advirtió.