l Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid presenta entre el 28 de octubre y el 9 de febrero la exposición Un saber realmente útil y en una de sus salas se exponen 50 retablos (exvotos) mexicanos de la colección Milagros en la frontera.

Es una muestra con un fuerte contenido educativo, que rescata la tradición obrera inglesa del principios del siglo XIX que acuñó la frase de saberes útiles en contraposición a las prácticas y habilidades que querían imponer los patronos a la clase obrera para mejorar sus rentabilidad.

Los saberes que se querían inculcar tenían que ver con la política, la economía, la filosofía, el arte, en contraposición con los tópicos que interesaban a la patronal.

Se pretende indagar sobre un saber realmente útil desde una perspectiva contemporánea. Y es ahí donde ingresa, por la puerta grande, el arte popular mexicano y las narraciones, vivencias, experiencias, padecimientos y esperanzas de los migrantes que van a Estados Unidos buscando una oportunidad, una manera de salir adelante, cumplir un objetivo que no es posible alcanzar con los magros salarios locales.

Señalan los organizadores que la muestra intenta posicionar la noción de pedagogía crítica como un elemento crucial en las luchas colectivas, así como investigar la tensión entre la emancipación individual y la emancipación social a través de la educación, en ejemplos tanto históricos como actuales, y su relación con formas organizativas capaces de liderar una resistencia unificada a la reproducción del capital. Al hacerlo, la exposición insiste en el uso colectivo de recursos, acciones y experimentos públicos, bien olvidados o bajo amenaza de erradicación, tomando el museo como lugar pedagógico dedicado al análisis de formas artísticas interconectadas con relaciones sociales reales o deseadas

La colección Milagros en la frontera se expuso por primera vez en el Museo Estudio Diego Rivera en 1991 y luego se ha presentado más de 30 veces en varios museos y salas de exposición en México, Estados Unidos, Puerto Rico, Estocolmo y ahora en Madrid. Esta colección algún día podrá formar parte de un museo de la migración mexicana, que urge promover y patrocinar.