Desde el segundo nivel del Museo Universitario del Chopo, donde se encuentra el café en una especie de balcón, se aprecia de manera muy distinta Amalgama, muestra de la artista visual alemana Anette Kuhn (Würzburg, 1964). Varias de las ocho piezas, entre instalación, dibujo y fotografía, están concebidas para ser vistas desde una altura de tres o cuatro metros.

Así, el espectador no tiene necesidad de echar la cabeza atrás para mirar los grandes dibujos de la serie Rocas metamórficas, colgados más arriba que de costumbre.

Desde ese segundo nivel, de repente uno se da cuenta de que está viendo una escena del Valle de México. Es decir, los aconteceres diarios resumidos en dos instalaciones o autoconstrucciones. La primera, El mundo no depende de mi voluntad, consiste en unas altas rejas, tipo antimotines, cubiertas con dibujos de distintos tamaños, basados en imágenes tomadas de periódicos.

La segunda, Vendemos tu casa, no se refiere nada más al mercado inmobiliario, sino también a la identidad cultural.

Estas instalaciones están rodeadas por los volcanes, a la vez que el conjunto es ubicado en un mapa aéreo en forma fractal. Kuhn se refiere a su obra como una cebolla que se pelea: La parte de afuera son obras abstractas, pero, conforme nos acercamos al centro de la cebolla, se vuelven más políticas.

Construcción/ destrucción

Kuhn estudió gráfica y escultura en la Academia Estatal de Artes Plásticas de Stuttgart. Aquí ha tomado talleres de dibujo con Gilberto Aceves Navarro, en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, y de fotografía en su sede de Academia 22. Desde hace 28 años vive y trabaja entre la ciudad de México y Berlín.

La obra incluida en Amalgama refleja una sensación de algo inconcluso. Es la construcción y destrucción, al mismo tiempo, que para mi ejerce una fascinación; uno nunca se aburre. Lo heterogéneo, el conflicto, todo esto es una sensación a diario.

Amalgama permanecerá hasta el priemro de marzo en la galería Sur del Museo Universitario del Chopo (Dr. Enrique González Martínez 10, colonia Santa María la Ribera).