México tendría que recuperar capacidad productiva
Lunes 26 de enero de 2015, p. 35
Garantizar el abasto y calidad de las vacunas es un reto para los países. La demanda es alta y la producción de estos insumos es baja, lo que para la Organización Mundial de la Salud (OMS) es motivo de preocupación. En poco más de tres lustros la producción de biológicos se redujo en tres cuartas partes y las nuevas vacunas que se fabrican mediante tecnologías novedosas tienen un costo elevado, imposible de pagar para las naciones pobres.
Al menos 72 naciones dependen del apoyo y financiamiento internacional para poder inmunizar a su población. No es el caso de México, que al año eroga alrededor de 3 mil millones de pesos en la compra de vacunas, en su mayoría fabricadas por trasnacionales.
Un tema pendiente en el país es la recuperación de la capacidad productiva del laboratorio Biológicos y Reactivos de México (Birmex), y de esa manera terminar o al menos abatir la dependencia del extranjero en este rubro.
Información de la Secretaría de Salud (Ssa) resalta los beneficios de proteger a las personas contra enfermedades infecciosas causantes de graves complicaciones y muertes. Advierte, además, que las vacunas son la mejor inversión que puede hacer un país, lo que, sin embargo, se complica en un escenario de baja producción y altos costos.
Mientras en 1998 había 90 países productores de vacunas, para 2014 el número se ubicó en 40. En el mismo lapso las dosis fabricadas y certificadas pasaron de 100 millones a 25 millones, de acuerdo con información de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios.
A eso se suma que, con el desarrollo de la ciencia genómica, los nuevos biológicos se fabrican mediante técnicas de ingeniería genética lo que las hace más seguras, efectivas, con menores riesgos y efectos adversos. Esta es una tendencia mundial irreversible e incluso se prevé que las vacunas tradicionales (contra las más antiguas como difteria, tétanos y sarampión) también se empiecen a fabricar con esa tecnología.
Sería positivo en términos de protección de la salud, pero complicado por los elevados costos que tienen, como se ha visto en la última década con los novedosos biológicos para la prevención de neumococo, rotavirus, virus de papiloma humano e influenza.
En México estos productos forman parte del programa nacional de vacunación, es decir, se aplican en forma gratuita a la población a la que están dirigidos. Son vacunas que hasta ahora son fabricadas por uno o dos laboratorios farmacéuticos.
En el proceso de adquisición participa la Comisión Negociadora de Precios de Medicamentos –creada en 2008 para garantizar el mejor precio al sector público de la salud–. Cada año se reúnen representantes del sistema nacional de salud y empresas para determinar la tarifa para la compra anual.
Las 14 vacunas que conforman el esquema universal son adquiridas por la Ssa y algunas las compran los estados directamente, sobre todo las de bajo costo.
El Programa Nacional de Vacunación e incorporar nuevos biológicos ha permitido el control de diversas enfermedades.