Conmemoran dos años de que se canceló ese proyecto
Miércoles 28 de enero de 2015, p. 39
La pretensión de imponer de forma inconsulta la construcción de un parque eólico en la barra de Santa Teresa, municipio de San Dionisio del Mar, en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, que llevó a la movilización regional de pueblos indígenas para impedirlo, produjo un proceso de autonomía tanto en el pueblo San Dionisio del Mar –ikjoots– como en la colonia zapoteca Álvaro Obregón del municipio Juchitán.
A dos años de que se canceló ese proyecto de 396 megavatios de la empresa trasnacional Mareña Renovables, valuado en poco más de mil millones de dólares, ambas comunidades realizarán sendos festejos por este triunfo: San Dionisio, el jueves 29, con la participación del obispo emérito de Tehuantepec, Arturo Lona Reyes, y la segunda el 2 de febrero.
Desde el inicio de la lucha contra dicho parque eólico, que argumentaron que los privaría de su principal fuente de sustento, la pesca, ambos pueblos sufrieron agresiones, amenazas e incluso incursiones de la policía estatal para intentar el desalojo de la barricada de Álvaro Obregón y el palacio municipal de San Dionisio, ocupado por los opositores al proyecto, que desconocieron al presidente municipal que lo aprobó.
Pero también recibieron el apoyo de decenas de comunidades oaxaqueñas y de organizaciones sociales del país y del extranjero, organismos de derechos humanos, universidades y pueblos en general, con los que se hermanaron en la Asamblea de Pueblos.
San Dionisio impidió la realización de elecciones de presidente municipal. Álvaro Obregón ante la imposición de un agente municipal designado por el gobierno municipal de Juchitán, creó su policía comunitaria, recuperó su consejo de ancianos y eligió un cabildo comunitario, el cual lleva un año trabajando. Ambas comunidades demandan que se reconozca su derecho de regresar a sus sistemas normativos tradicionales (usos y costumbres) para regir su vida política, económica y social.
Tenemos derecho a gobernarnos, como indica el artículo segundo de la Constitución de Oaxaca, con nuestro propio reglamento, reorganizando el consejo de ancianos y sin intervención de los partidos políticos que, como el PRI, lo único que buscan es posicionarse para abrirle la puerta a las (empresas) eólicas y las mineras, como hizo el anterior presidente municipal
, advirtió Pedro Orozco, comunero ikjoot.
La amenaza contra nuestro territorio persiste porque la concesión del parque eólico no tiene vencimiento. Además, ahora el PRI quiere abrir la puerta a las mineras; sabemos que ya hay seis concesiones para minas de oro, sal y metales
en San Dionisio, en el paraje La Riqueza, donde se pretende hacer una explotación a cielo abierto, informó.