Gotemburgo.

Liv Ullmann es una figura en la historia de la filmografía nórdica.

Desde su poderosa actuación en Persona, de Ingmar Bergman, la actriz y realizadora nacida en Noruega, quien también ha sido postulada en dos ocasiones al premio Óscar (por Los emigrantes y Cara a cara), fue medio hemisferio para el cineasta sueco: trabajaron juntos en nueve de largometrajes, fueron pareja sentimental, tuvieron una hija y compartieron memorias por alrededor de 50 años... en la pequeña isla Farö, que fue perenne set para el realizador, así como su nicho y tumba.

Ullmann, quien dirigió en 2014 a Jessica Chestain y Colin Farrell en la cinta Miss Julie (adaptación de la obra de 1888 de August Strindberg), recibió un reconocimiento del Festival Internacional de Cine de Gotemburgo, que desde hace unos días se inició en esta ciudad sueca, y en el cual se exhibirán unas 500 películas (largos y cortometrajes) de 80 países, así como una gran gama de los más destacados escandinavos.

Gotemburgo ofrece, además, clases magistrales, seminarios, mercado de cine nórdico.

Esta edición la dedica al incipiente cine noruego, otrora opacado por el de Suecia y Dinamarca, y el cual se ha alzado con el mayor premio de este festival en los recientes tres años y este 2015 mostrará más de 26 cintas.

A Ullmann la rindieron tributo en esta edición, la 38 del festival, con el premio honorario Dragón, que se entrega a los artistas que han contribuido al desarrollo del cine en la región.

El cine tiene que ver con la vida. De hecho ha sido mi alimento, contó Ullmann en una charla.

Recordó: Cuando era pequeña quería ser pintora. Dibujaba cosas como árboles... todos oscuros. Sólo fueron apreciados por mi abuela, que a partir de ahí me contaba historias... Lo que quiero decir es que lo que he escrito, actuado o dirigido tiene que ver absolutamente con el ser humano. Con sentimientos reales.

Liv, cuya relación con Bergman quedó plasmada incluso en el documental Liv e Ingmar, recordó una de las enseñanza del genio sueco del cine: Si hay algo que un director no debe olvidar es que tiene que confiar plenamente en sus actores; hablarles todo el tiempo, comprenderlos, explotar su creatividad. Elegir a aquellos que todo el tiempo están leyendo, que siempre están preparándose, que sienten, que aportan ideas.

Ullmann asegura que tienes que ser muy cuidadoso al elegir a la gente con la que trabajarás, porque estamos hablando de que lo harás con gente tremendamente sensible. Y no me refiero sólo al elenco, sino a todos, como el fotógrafo o el diseñador de producción que serán parte de este cuadro que formará la película.

Desde su debut en la cinta antológica Love (en 1982) ha desarrollado una especie de talento dictatorial por conseguir la más alta exigencia de sus actores, comentó de ella el director artístico del encuentro Jonas Holmberg, quien le entregó el reconocimiento, en el cine Draken, el de mayor demanda de los cinéfilos locales, que recibirán en estos días no sólo buen cine, sino la visita de personalidades de la cinematografía europea y escandinava.

Como se mencionó, este edición está enfocada al cine noruego, que desde principios de esta década ha producido alrededor de 150 filmes. Hay que tomar en cuenta que los dos países que habían liderado la producción escandinava desde la era silente eran Suecia y Dinamarca.

Ahora Noruega ha crecido por la naciente generación de realizadores, combinada con una buena política cultural de apoyo institucional.