Sufrió aplastamiento de tórax por posible atropellamiento, indica
Jueves 26 de febrero de 2015, p. 4
El maestro jubilado Claudio Castillo Peña no murió a causa del enfrentamiento entre organizaciones sociales y policías federales la noche del martes en Acapulco, sino por ‘‘aplastamiento’’, traumatismo profundo de tórax. El comisionado nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido, dijo que los partícipes en la protesta embistieron con un autobús a los policías y, tras ello, maniobraron en reversa ‘‘hacia donde se encontraba un grupo de los propios manifestantes’’.
Aseguró que se investigarán a profundidad los hechos, cuyo saldo fue de siete uniformados y 15 manifestantes lesionados (14 ya fueron dados de alta), así como 106 detenidos; ocho permanecen en el Ministerio Público local.
Los hechos provocaron un cambio en la agenda del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, quien viajaría a Durango para acompañar al presidente Enrique Peña en una reunión con los gobernadores, y finalmente permaneció en su oficina, al tiempo que el subsecretario de Gobierno, Luis Enrique Miranda, viajó de nueva cuenta a Guerrero.
Antes de salir a dar un mensaje a los medios, el comisionado Rubido conversó con Osorio. Rechazó que el deceso del maestro, ‘‘de aproximadamente 60 años de edad’’, fuera producido por traumatismo craneoencefálico.
La víctima, dijo, fue recogida por una ambulancia de la Cruz Roja; llegó inconsciente y con signos vitales débiles al Hospital Naval del puerto, donde se le intentó estabilizar. Fue trasladado para recibir atención especializada. ‘‘Lamentablemente murió poco antes de la 4 de la mañana’’.
El funcionario advirtió que si bien el gobierno reafirma su compromiso de respetar el derecho a la manifestación pacífica, ‘‘el Estado hará valer la ley para proteger el derecho de todos’’.
En los hechos del martes, el operativo fue activado porque el grupo –aseveró el funcionario– pretendía tomar el aeropuerto internacional de Acapulco. La versión de los médicos del Hospital Naval coincide –sostuvo Rubido– con el resultado de la necropsia practicada por la procuraduría estatal, relativa a lesiones en ambos lados del tórax, con fracturas de la segunda hasta la decimoprimera costilla, desgarre pleural y pulmones perforados.
‘‘La información indica que el fallecimiento no fue producto del enfrentamiento entre los manifestantes y los elementos de la Policía Federal. Es decir, muy posiblemente la defunción fue producto de un evento distinto’’, subrayó.
Rubido dijo que el grupo en protesta, integrado por unas 4 mil 500 personas de diversas organizaciones, intentó ‘‘nuevamente realizar acciones para afectar a los habitantes y turistas’’ del puerto, a través de acciones no pacíficas, toda vez que ‘‘varios de ellos portaban palos, piedras y tubos con el objeto de agredir’’. Los policías federales, añadió el comisionado, estaban equipados únicamente con toletes y escudos.