Lorenzo Córdova vio 11 asientos vacíos y aludió a la nueva ausencia de siete partidos políticos en la sesión del Instituto Nacional Electoral (INE). El grupo rebelde observaba las gesticulaciones del consejero presidente en un monitor de televisión mientras el senador panista Javier Corral trataba de adjetivar lo que escuchaban: “Aquí sí se aplica la frase de The Economist: ‘No entiende que no entiende’”, y provocó risas.

Desde las oficinas del PT, donde se atrincheraron los inconformes, revisaban su documento de protesta mientras desayunaban tacos de canasta. Los ánimos se encendieron cuando aparecieron los representantes del PRI y del Verde, los únicos que asistieron al Consejo General.

“No caigamos en el juego mediático de los chantajeadores… No podemos aceptar berrinches, actitudes infantiles de quienes han demostrado mediocridad profesional y mezquindad política”, vociferó José Alberto Rodríguez, consejero del tricolor, que casi no asiste a las sesiones.

Órale Pablo, regresemos a partirles su madre a éstos, expresó alguien y el panista Gárate se puso bronco: Esto sí calienta. A éste si le voy a partir la cara.

En el salón de sesiones, el consejero Marco Antonio Baños –a quien los siete en rebeldía acusan de encabezar el bloque del INE que favorece al PRI-Verde– no parecía preocupado por las ausencias.

Platicó e intercambió sonrisas con Javier Santiago, quien minutos antes trató de aclarar que no estaba en conflicto de intereses porque su esposa, Sandra Yáñez, es asesora de Baños, quien a la prensa le explicó: No hay bloques de cuatro ni de cinco ni de seis.

A las 9:10 de la mañana comenzaron a llegar los representantes partidistas con la incógnita de qué ocurriría con el PRD, dado que un día antes Carlos Navarrete ofreció a Córdova asistir al Consejo General. Pero Pablo Gómez despejó de inmediato las dudas. Propuso no regresar y todos asintieron.

Las gestiones del bando panista con Guadalupe Acosta Naranjo y otros dirigentes perredistas fructificaron y mejor nadie pidió detalles de la cena entre Córdova, el dirigente del PRI, César Camacho, el panista Gustavo Madero y Navarrete.

Seguros de que el bloque opositor no se había roto, hicieron ajustes a un largo comunicado.

Alguien les avisó: Ya empezó Córdova y voltearon hacia el televisor. Gómez comentó: Mira nomás que tono de sorna y Javier Corral recalcó: “Más que sorna es burlón cuando se refirió: ‘y los que no han regresado’”.

Y empezó la retahíla de vituperios de priístas en el salón de sesiones. José Antonio Hernández Fraguas los acusó de seguir una estrategia pueril, porque no pueden posicionarse y buscan lastimar a las instituciones que algunos han desconocido abiertamente.

El enojo creció cuando el senador del Verde, Carlos Puente Salas –quien aparece en miles de anuncios impugnados– llamó chantajistas a los ausentes. Ese, todavía que viola la ley nos viene a regañar, exclamó Corral.

Con sarcasmo, Gómez hizo ver que Córdova inauguraba el punto cero de las sesiones del INE por abrir al PRI y al Verde un espacio para que se diera un desfile de oprobios.

Horacio Duarte, de Morena, recordó: ¡Ah!, pero qué tal hace ocho días, a mí sí me calló porque le estaba faltando el respeto a Baños. Y ahora a éstos que ofendieron e insultaron no los paró.

Encorajinados, le inyectaron candela a su pronunciamiento. Vamos a decirles cobardes, propuso alguien y de remate usaron las mismas palabras usadas por Córdova en su carta: en este INE son refractarios.