La epilepsia es uno de los trastornos neurológicos más comunes. En el mundo, 50 millones la padecen, y en México, 2 millones, señaló la doctora Lilia Núñez Orozco, presidenta del capítulo mexicano y vicepresidenta por Latinoamérica del Buró Internacional para la Epilepsia.

La también jefa del servicio de neurología del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre del Issste, y presidenta del grupo Aceptación de Epilepsia, indicó que en este padecimiento hay un desarreglo eléctrico en el cerebro, es como un cortocircuito que produce ataques; debido a alguna razón bioquímica, genética o estructural, la actividad eléctrica del cerebro que habitualmente es equilibrada y armónica y nos permite funcionar, de repente tiene descargas excesivas.

Apuntó que las causas son diversas y se derivan de un daño o lesión en el cerebro, tales como falta de oxigenación al nacimiento, infecciones en etapas iniciales de la vida, golpes fuertes en la cabeza, trastornos de circulación, la presencia de parásitos en el cerebro o tumores, y añadió que la mayoría de las personas con epilepsia no tienen una lesión demostrable.

En el contexto del Día Internacional de la Epilepsia, precisó que también en algunas ocasiones hay una “herencia poligénica, es decir, existen muchos factores genéticos que pueden contribuir a que se presente la epilepsia, y lamentó la existencia de un gran estigma y discriminación social hacia estos pacientes, los cuales muchas veces son destituidos de sus trabajos por esta causa.

Tal fue el caso del contador Rolando Castells, a quien a los 36 años se le diagnosticó epilepsia y llegó a tener unas 20 crisis al mes, por ser resistente a los medicamentos, y que actualmente vive con su madre, quien debe mantenerlo ante la negativa de empleadores a darle un puesto de trabajo.

Núñez Orozco precisó que debido a la carencia de neurólogos (existen alrededor de mil 500 en el país) y al hecho de que son los médicos de primer contacto a los que llegan la mayor parte de los casos, tenemos un proyecto que vamos a presentar a la Secretaría de Salud, de capacitación a médicos que se van al servicio social, y que son aquellos a los que envían a lugares lejanos, en los que hay menor acceso a servicios médicos.

Tras señalar que desde 1984 existe el Programa Prioritario de Epilepsia, que agrupa a todos los servicios de neurología, expuso que hay muchas desigualdades en la atención de este mal, pues hay centros médicos en los que contamos con especialistas con experiencia en epilepsia y con todos los recursos para el diagnóstico y tratamiento, en cambio hay otras áreas del sector salud que sólo cuentan con unos cuantos medicamentos, que no sirven para todos los casos, y no tienen acceso a estudios para mejorar el diagnóstico. Asimismo, tampoco cuentan con los expertos.

Indicó que los medicamentos antiepilépticos permiten controlar las crisis, y que lo ideal es que las controlen en 100 por ciento, lo cual no siempre ocurre.