El estado de Guerrero tiene el problema del mal gobierno, de los caciques, de la pobreza, de la violencia y ahora el del narcotráfico, y éste se acumula porque finalmente está entreverado con todos los demás.

Tal es la reflexión es del sociólogo e investigador Armando Bartra, quien presentó este sábado en la sexta edición de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Azcapotzalco su libro Guerrero bronco, que editó y regaló la Brigada para Leer en Libertad.

El catedrático de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) lamentó que la violencia en Guerrero esté asociada también con el narcotráfico, y que los jóvenes prefieran unirse al crimen organizado.

La juventud ha decidido morir de este modo, porque no hay una alternativa mejor a la de morir en poco tiempo, pero poderoso, con un arma en la mano y un auto de lujo. Esto es verdaderamente terrible y pasa en Guerrero.

En la explanada de la delegación Azcapotzalco, el investigador precisó que es la primera vez que se redita su libro Guerrero bronco para ser distribuido sin tener que pagar por él. No creo que para alguien que escribe puede haber algo tan alentador, que lo que uno pone sobre el papel pueda ser leído y adquirido sin necesidad de desembolsar dinero.

En la charla, Bartra indicó que su libro es oportuno por los acontecimientos recientes en el país, como la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, ya que es un tema de resistencia, fuerte e importante. Ha transcurrido más de medio año y la lucha por la aparición de los 43 sigue y seguirá siendo un tema fuerte; por tanto, hablar de Guerrero y de estos temas es importante hoy, y lamentablemente lo seguirá siendo por mucho tiempo.

Después de explicar que es la tercera edición de Guerrero bronco, el sociólogo señaló que se trata de un libro de historia que se ocupa de los procesos políticos, sociales y económicos en el estado de Guerrero, particularmente en la Costa Grande.

Precisó que el libro lleva el subtítulo Campesinos, ciudadanos y guerrilleros en la Costa Grande no sólo por los hechos de Ayotzinapa, sino por otras múltiples razones, ya que Guerrero ha sido un estado combativo, con mucho valor, que sale a protestar cuando le llegan.

Enfatizó que los guerrerenses son gente madura, honesta, luchadora y peleonera. Hizo un recuento de cómo la población de ese estado a partir de 1988 comenzó a participar en las votaciones y surgió un milagro cívico ciudadano, porque la gente no quería que el PRI gobernara siempre, así que la población comenzó a organizarse cívicamente.

Ahí estaba ese espíritu de lucha, el Guerrero de lucha gremial, de lucha armada y de lucha cívica. Todos se unificaron con un solo rostro. Guerrero quería salir del cacicazgo, y así empecé a escribir el libro, para ver de dónde venía la tradición cívica de Guerrero, la tradición gremial y armada del estado; este libro es el resultado, explicó Bartra.

El sociólogo mencionó que en 2000 se reditó por segunda ocasión, y anexó el capítulo Serpientes y escaleras, como metáfora de que se puede llegar arriba o hasta abajo, ya que en Guerrero la lucha se derrumbó por la represión.

Este libro es de algún modo un homenaje a los guerrerenses insomnes, matados; a estos guerrerenses muertos a la mala. Leer este libro ayuda a sentirse solidario con los padres, con las madres, con los parientes de los desaparecidos de Ayotzinapa y con todos los que siguen muriendo en el resto del país, dijo el investigador, quien también leyó un fragmento de su libro Crónicas del sur: utopías campesinas en Guerro.