Analizaban la posibilidad de entregarse a la justicia de EU
Lunes 30 de marzo de 2015, p. 22
Bogotá.
Los narcotraficantes colombianos Carlos Mario Jiménez, Macaco, y los hermanos Miguel Ángel y Víctor Manuel Mejía Munera, Los mellizos, financiaron las fiestas con prostitutas de los agentes de la DEA, reveló este domingo una investigación del diario El Tiempo.
Con el argumento de romper el hielo
, un testigo justificó la organización de parrandas pagadas por narcotraficantes elementos de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA) y a abogados estadunidenses, italianos e ingleses, en las que abundaban el licor y las prostitutas.
Según el testigo, quien pidió al diario el anonimato, y que tuvo acceso a varios de esos encuentros, las fiestas se extendían por varios días.
Y no sólo se hacían en las casas de los agentes, pagadas con fondos del gobierno de Estados Unidos, sino que se organizaron en fincas, restaurantes y hasta en reconocidas discotecas que fueron cerradas para atender a los invitados de los narcotraficantes que exploraban la posibilidad de entregarse a la justicia de Estados Unidos
, agregó.
El Tiempo sostuvo que ubicó a personas cercanas a los jefes paramilitares que se entregaron dentro del proceso de paz con las Autodefensas Unidas de Colombia, y que fueron extraditados a Estados Unidos en marzo de 2008.
Estas personas señalaron que desde la desmovilización ya era común que se tuvieran atenciones con los agentes federales y abogados que negociaban la entrega de nacionales a la justicia estadunidense
, publica el diario.
Se hicieron fiestas en fincas cercanas a Santa Fe de Realito, zona donde se concentraron los jefes paramilitares para negociar su desmovilización durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez (2002-2010).
El escándalo sexual que sacudió esta semana a la DEA fue revelado en un informe de la oficina del inspector general del Departamento de Justicia.
En el documento de más de 100 páginas están las declaraciones de varios policías colombianos que acusaron a una decena de agentes de conductas impropias en el país y las confesiones de varios de los investigados.
Fuentes consultadas por El Tiempo señalaron que varios abogados extranjeros y agentes que llegaron a Colombia entre 2005 y 2009 fueron trasladados en vuelos privados a las reuniones en las que eran esperados por emisarios de los narcotraficantes, quienes tenían la orden de satisfacer todos los deseos y peticiones de sus invitados.
Los agentes buscaban contactos en el país y eso implicaba tener reuniones con fuentes que conocieran el negocio de la droga y que pudieran entregar información para sus investigaciones
, indicaron las fuentes.
Esta estrategia permitía que, a través de enlaces, se les hicieran invitaciones y después de asistir a la primera fiesta ya no faltaban a las siguientes parrandas
.
El reporte precisó que “en las fiestas, los narcos no sólo exploraban la posibilidad de beneficios judiciales por colaboración, sino de paso conseguían información sobre qué tan grande estaba el dossier contra ellos en Estados Unidos”.
El reporte oficial destacó que los implicados en el escándalo sexual son un asistente de director regional, un agente especial encargado, seis agentes especiales supervisores y dos agentes especiales, todos con amplia experiencia de campo en la lucha contra el narcotráfico.