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Permiten regresar al órgano su capacidad regenerativa normal, explican

Expertos de la UNAM hallan fármacos que protegen el hígado de los antirretrovirales
 
Periódico La Jornada
Martes 31 de marzo de 2015, p. 3

Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) descubrieron que dos fármacos ayudan a proteger el hígado del daño tóxico secundario que provocan los antirretrovirales que toman los pacientes infectados con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH-sida).

Rolando Hernández, jefe de grupo en el Departamento de Biología Celular y del Desarrollo, y Armando Butanda, del Instituto de Fisiología Celular, comprobaron que la medicación del antirretroviral Zidovudina o AZT y la Adenosina son benéficos para ese órgano.

Se estima que 95 por ciento de los pacientes con VIH/sida tiende a coinfectarse de hepatitis B o C, debido a la inmunosupresión (disminución de la actividad y la expresión de componentes en el sistema inmunológico) que sufren. Aunado a ello, el daño hepatotóxico de los antirretrovirales merma la capacidad regenerativa de las células del hígado (hepatocitos), explicó Butanda.

Efectos de la cirrosis

Considerada una de las fases finales de cualquier hepatitis, la cirrosis inflama y cubre el hígado con una capa de colágena (proteína de estructura enrollada que forma fibras alrededor del tejido) y lo vuelve quebradizo y con apariencia similar a una pelota de esponja vieja, cuarteada por el uso.

Al respecto, Hernández advirtió que es difícil medicar a un paciente que desarrolla sida y se coinfecta con hepatitis B o C. La pregunta que siempre se hacen los galenos es qué patología tratarán primero, no hay una estrategia definida, además de que involucra gastos de salud importantes.

Tras 10 años de experimentación con ratas, Hernández y Butanda descubrieron que al suministrar oralmente una dosis (por kilogramo de peso) similar a la administrada a humanos de Zidovudina y de Adenosina, disueltas en solución salina, es posible regresar al órgano del animal su capacidad regenerativa normal.

Los estudios han permitido extender el tratamiento a humanos monoinfectados con VIH y coinfectados con virus de hepatitis B o C, pues al mismo tiempo que la AZT cumple con su actividad antirretroviral, al inhibir la proliferación del VIH, la coadministración de AZT con la Adenosina evita que se dañe el hígado por efectos del medicamento. Además, se ha logrado la mejoría significativa de la función hepática, indicó Butanda.

Las primeras pruebas se hicieron en hígados de ratas, de las que extrajeron 70 por ciento del órgano. Por sí sola, la Adenosina logra el aumento parcial de la multiplicación de los hepatocitos, pues activa a la colagenasa, enzima que degrada la colágena y elimina la cubierta fibrosa, pero al combinarse con la AZT se potencia el efecto sobre la proliferación de esas células y el efecto regenerativo se hace evidente.

La comedicación se extrapoló a un paciente humano coinfectado con sida y hepatitis B, que mostró mejoría desde los dos meses de tratamiento, al presentar una reducción en la actividad de enzimas marcadoras de daño hepático en su suero sanguíneo. Al año de tratamiento los estudios de laboratorio mostraron que los niveles de estos marcadores ya eran normales.

Tratarán de aplicarlo en cáncer

Aunque piensan extender el tratamiento para enfermos de cáncer, pues la quimioterapia también presenta daños hepáticos colaterales, el financiamiento ha sido uno de los obstáculos para continuar los estudios.

La patente está en proceso de aprobación, aunque las farmacéuticas exigen investigaciones completas que les ahorren inversión en estos desarrollos.

Apenas hemos caracterizado el efecto de estos dos fármacos y falta un arduo trayecto para describir detalladamente los mecanismos moleculares involucrados, pero se requiere financiamiento, incluido el de la industria farmacéutica interesada en la investigación, a fin de cumplir con los objetivos, concluyó.