Viernes 3 de abril de 2015, p. 31
Sin un solo centímetro de playa, estos días en la ciudad de México se pueden ver decenas de niños en traje de baño, jóvenes empapados y toallas para recostarse junto a bolsas de comida.
Los chorros de la Plaza de la República, donde está el Monumento a la Revolución, se han convertido en un oasis de agua y cemento que cientos de personas disfrutan estos días de periodo vacacional, aun cuando los rayos de sol sólo alcanzan para no enfriarse.
Los chorros de agua que brotan del piso, a veces con fuerza, a veces como rocío, provocan juegos y carcajadas de los niños, quienes espontáneamente se meten incluso con todo y ropa.
Otras familias, más previsoras, vienen específicamente a este lugar a que los pequeños que no salieron a la playa se diviertan con el agua.
Froylán viene desde Ecatepec con sus dos hijas, de cinco y seis años, ya con su traje de baño puesto. Somos de Villahermosa y las niñas extrañan el agua, pero sólo nos alcanza para venir hasta acá
, cuenta.
Martín, de Tepito, trajo a su hija de siete años y a sus dos sobrinos pequeños. Venimos porque algunos en la familia todavía trabajan
, comentó.
La diversión incluso alcanzó a Raymundo y Yadira, quienes en traje nupcial se metieron entre los chorros de agua que salían del suelo, en medio de los aplausos de algunos asistentes.