La Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras (CNOC) señaló que este año se perderá 32 por ciento de la producción debido a la plaga de la roya. Al concluir la cosecha del aromático en el ciclo 2014-2015, la cifra ascendió a 1.4 millones de sacos, lo que perjudica a 400 mil productores del país, la mayoría indígenas.

Con esta segunda cosecha afectada por la plaga habrá pérdidas por 4 mil 140 millones de pesos, a lo que se suma el decremento en los precios internacionales, lo que representa mil 950 millones; es decir, la combinación de pérdidas de producción por la roya y la baja de precios representan cerca de 6 mil 90 millones.

Por ello, la CNOC propone al gobierno federal y a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) crear una comisión de alto nivel con el sector para definir acciones. Señaló que se debe tener un plan nacional de control de la roya y detectar con precisión el número de hectáreas dañadas total o parcialmente.

Ante la baja de ingresos, los productores urgieron a que se aplique un programa nacional de empleo temporal en regiones cafetaleras, restructurar el Procafe, instrumentar un programa nacional de renovación de cafetales, así como revisar y transparentar las importaciones de café.

Fernando Celis, asesor de la CNOC, comentó que la disminución de ingresos tendrá un efecto devastador en las regiones cafetaleras, que incluye estados como Michoacán, Guerrero y Chiapas, pues además de tener menos recursos para sobrevivir, habrá dificultades para reponer las fincas afectadas por la roya.

A esto se suma que la caída de ingresos no tiene comparación con los apoyos fiscales que recibirán los productores en 2015. Se cuenta con cerca de 150 millones de pesos como estímulo a la producción para 120 mil cafeticultores, otros 250 millones se destinarían para instalaciones de viveros y compra de plantas e insumos, así como recursos para entregar mil 300 pesos a cada productor.

La CNOC indica que pese a la situación que afecta a los productores, ni el gobierno federal ni la Sagarpa han convocado a reuniones extraordinarias con los sectores productor, comercializador e industrializador para determinar acciones y un diagnóstico claro.

Agrega que el consumo de café en México se calcula en 2.6 millones de sacos y denunciaron que cada vez más se ve el uso del café robusta importado –de menor precio, pero también de menor calidad– en las marcas mexicanas. En algunas presentaciones tienen no menos de 50 por ciento de azúcar y exceso de saborizantes artificiales que son un peligro para la salud.