El mexicano se integró este mes al Ballet Nacional de Londres como bailarín principal
Ensaya con la compañía británica Coppelia y El lago de los cisnes
Fue parte de la agrupación representativa de Holanda, donde pude haberme quedado por confort, pero quiero retos
Nada es imposible cuando trabajas arduamente por tus sueños
, dice a La Jornada
Domingo 12 de abril de 2015, p. 2
Isaac Hernández (Guadalajara, 1990), quien este mes se integró como bailarín principal al Ballet Nacional de Londres, con la cual se presentará en sus giras internacionales, recuerda siempre las palabras de su padre.
Me decía que si quería ser bailarín, debía aspirar a ser el mejor; si no, que mejor estudiara otra cosa, pues era una carrera muy demandante.
Para el bailarín mexicano, quien se ha dado a conocer en la escena internacional en compañías como el San Francisco Ballet y el Ballet Nacional de Holanda, su padre, el maestro Héctor Hernández Valle, ha sido fundamental en su profesión, porque con él descubrió el mundo de la danza.
Todos mis hermanos y yo estudiábamos en la casa, nunca fuimos a una escuela. Mis padres fueron nuestros maestros, y la primera clase que teníamos era la de ballet en el patio, donde mi papá colocó una barra y dos tablas de triplay como piso; día a día fui aprendiendo más y más, me gustó mucho
, señala en entrevista a La Jornada, vía correo electrónico.
Isaac Hernández ha logrado abrirse camino en la danza profesional en Europa. Su potencial físico lo ha llevado del patio de su casa al teatro Mariinsky en San Petersburgo, donde interpretó al barbero Basilio en el ballet Don Quijote.
Sobre su experiencia en el teatro más emblemático de Rusia, el pasado 15 de marzo, el bailarín asegura que fue un sueño hecho realidad. Como artista es una fecha memorable; fue muy especial, porque es un teatro cuyo valor es excepcional. Recuerdo haber regresado al hotel esa noche, entrar a la habitación y decirme a mí mismo: hoy cumpliste uno de tus más grandes sueños. Es un sentimiento de gratitud y felicidad.
El bailarín, que comenzó este 3 de abril los ensayos de Coppelia y El lago de los cisnes, con el Ballet Nacional de Londres, tiene claro que para alcanzar los sueños se debe trabajar de manera constante, usar la imaginación, tener carácter, valor y mucha disciplina.
También le gusta fijarse nuevos retos artísticos, por eso aceptó la propuesta de la directora del Ballet Nacional de Londres, Tamara Rojo, de participar en las giras internacionales de la compañía: Quiero nuevas metas, enfrentarme a un nuevo público y equipo de trabajo; desde lo principal, que es la dirección artística, hasta mudarme a Londres, después de tener estabilidad en Ámsterdam
.
El bailarín busca la perfección artística; cambiar de una compañía a otra es parte de ese camino y el resultado de un esfuerzo constante que comenzó en su infancia: “He sido muy afortunado al tener la oportunidad de bailar en importantes compañías; lo considero como un aprendizaje existencial, pues no sólo es toda esa parte artística y exigente que implica ser parte de la élite del ballet internacional, sino que también está ese lado mental, existencial, de tener el carácter y el valor para hacerlo y lograr tus metas y propósitos.
“Haber estado en diferentes compañías da una enseñanza a mi vida muy profunda; como ser humano aporta muchísima felicidad saber que no estás viviendo en este planeta sin un propósito. Es importante sentir siempre esa felicidad que brinda hacer lo que te gusta y que tienes un propósito bueno para ello.
Pude, por supuesto, haberme quedado en un estado de confort y disfrute artístico en Ámsterdam, donde estaba muy contento, bailando distintas producciones que me encantaban, pero quiero nuevos retos y metas.
Isaac Hernández ahora busca ampliar sus horizontes en el Ballet Nacional de Londres para seguir creciendo como bailarín. Afirma que vive uno de los momentos más privilegiados de su carrera, porque puede bailar en los mejores escenarios del mundo, fruto de un arduo trabajo.
Recomienda a todos los niños y jóvenes que sueñan con ser bailarines profesionales que trabajen sin importar las circunstancias que enfrenten. Yo logré llegar del patio de mi casa al teatro Mariinsky, en San Petersburgo, Rusia. Nada es imposible cuando trabajas arduamente por tus sueños.