Piden constancia de no antecedentes penales
l enfermo lo que pida. Dueños de las franquicias de la pluralidad democrática; con el dinero público en la bolsa y los aspirantes dispuestos a gastar sus ahorritos por debajo de la mesa; atolondrados por la plaga de los que fueron llevados a puestos de elección popular con el fierro de los partidos de izquierda en las boletas; y el del crimen, tan organizado como usted quiera o sospeche, en la frente, los dirigentes del PRD piden públicamente que la Procuraduría General de la República se haga cargo de investigar a sus candidatos y obsequiarles constancias de no antecedentes penales.
Y algo más que eso: libertad de toda sospecha de cercanía o intereses compartidos con los delincuentes que han incendiado el país: ajenos a la duda entre plata y plomo; ciudadanos de la Utopía de Moro con pasaporte de aquella paradigmática Suiza por encima de toda sospecha. Aunque ya se acabó el secreto bancario. Extraña solicitud la del PRD bajo la errática conducción de Carlos Navarrete y el mando de la banda de los Chuchos. Que, por cierto, no todos se llaman Jesús. La izquierda que resistió la travesía por el desierto y la mano dura de las policías políticas de la era en que la Revolución degeneró en gobierno. La izquierda que rechazaba el registro ciudadano, el documento de identidad, porque serviría como herramienta de control policiaco al autoritarismo que aquí no llegó a absolutismo, ni a totalitarismo. Y ahora piden que el gobierno investigue, catalogue y certifique a los militantes que serán sus candidatos a gobernador, a diputados federales, a diputados locales, a integrantes de más de 2 mil gobiernos municipales.
Y para pasmo de los fieles al último de los santones tropicales del horizonte social, también solicita a la PGR dicha constancia, Morena, el símbolo de la lucha inflexible y constante de Andrés Manuel López Obrador por alcanzar la silla presidencial, ser depositario del Supremo Poder Ejecutivo de la Unión; la multitud creyente en la superioridad moral de competir y combatir el fraude y la corrupción; perseguir el mandato popular, muy por encima de la ambición de ganar, ser declarado vencedor por el INE que fuera IFE y sigue siendo de las instituciones que se mandaron al diablo. Si los que detentan el poder, la mafia, los que son muy corruptos
, tendrán facultades para aceptar o rechazar a los candidatos del bien común. ¿Qué impedirá que las boletas se llenen con quienes sirvan al mal y queden fuera algunos o muchos de los buenos que pudieran ganar la elección?
Pero aunque la nuestra fuera angelical contienda en la democracia sin adjetivos, ¿hay quién entienda cómo y en qué se beneficiarían los mandantes, los del voto, con someter a los candidatos a un filtro policiaco o ministerial? Algo está podrido en Dinamarca. Y espero que nadie diga que ofendí a la tierra de Hamlet, o que justifico la violenta intolerancia religiosa que ha ensangrentado el ámbito de la libertad de expresión, alentado la intolerancia religiosa y negado el valor del laicismo. “Un recuento realizado por El Universal revela que del 19 de febrero al 16 de abril se han registrado 28 casos de agresión a aspirantes a cargos de elección popular, precandidatos u operadores políticos en 11 estados” de la República ( El Universal, primera plana de ayer sábado 18 de abril).
Y apenas empiezan las campañas. Y Morelos ocupa el vergonzoso primer lugar entre las entidades con mayor número de incidentes donde los abanderados de los diferentes institutos políticos han sido víctimas de atentados, amenazas e incluso asesinatos o han sufrido la vandalización de sus oficinas, viviendas y vehículos
. Y no hay elección de gobernador en la tierra de Zapata, gobernada por uno de los integrantes del grupo de los Chuchos, Graco Ramírez, militante del PRD y maestro en la expresión práctica de la izquierda moderna
, a través del discurso institucional y el halago tradicional a quien ejerce el poder constituido: El señor presidente Peña Nieto
, en las horas de recoger varas y en espera de la de tirar cohetes. El paisano del Peje sabe una cosa: al poder estatal importa el control del Congreso del estado; al de Los Pinos le importan las cinco diputaciones federales en juego.
Ambos podrían alcanzar lo que necesitan, de modo que Graco no enfrente la descomposición, la confrontación y el amago de juicios políticos hipotéticos; la disolución ineludible, real, de una comunidad agraviada y temerosa. De manera que Peña Nieto mantenga o incremente el número de curules que le dan la mayor de las minorías, la mayoría de facto y la palanca del pacto. En medio, aparte de la incertidumbre y desconfianza imperantes, el resultado de la elección de la presidencia municipal de Cuernavaca, capital del estado, asiento del poder, meta de las abundantes manifestaciones de protesta popular, así como del disgusto inquieto de los de arriba, de los dueños del dinero y de los bienes raíces: la tierra es del que la trabaja... O era. Guerrero, Michoacán y Oaxaca son testimonio cotidiano de la concentración de la riqueza y la desigualdad insultantes.
Y en Guerrero se alzan las voces de los marginados, del movimiento guerrillero refugio de los insurgentes acorralados tras la muerte de José María Morelos; de los que siguieron a Juan Álvarez hasta derrocar al régimen reaccionario y dar paso al Constituyente de 1857, a Juárez y la Reforma. Ahí, la tierra es de los sembradores de amapolas, de los gomeros que bajaron de la sierra de Sonora. Y ahí murieron normalistas de Ayotzinapa, 43 desaparecieron y la sombra de su ausencia marcó al gobierno de Peña Nieto con la incredulidad popular y la desconfianza. Y dejó al PRD hundido en el fango de la complicidad, de la angustia reflejada en la absurda petición a la Procuraduría General de la República: constancias de no antecedentes penales, para sus candidatos.
Las elecciones de diputados locales en 18 estados serían secuelas plácidas de las que se han dado desde que el PRI perdió la mayoría en 1os comicios de medio sexenio de Ernesto Zedillo. Pero el mando efectivo en territorios estatales revivió la pasión de mandar: cada gobernador pone candidatos y se propone imponer a toda costa a la mayoría del Congreso local. Caciquismo para el control del dinero que a ellos les impone el centro. De los municipios ni hablar; los de la transición borraron al municipio libre, base y fuente del poder constituido. Ahí, los partidos apuestan a evitar el mando único y el gasto público en manos del gobernador.
Nueve estados elegirán gobernador. En Baja California Sur pesa el aparato electorero del gobernador panista de... Sonora. En Sonora hay auténtica contienda: la senadora Claudia Pavlovich, del PRI, ante la fuerza del panista Gándara y el poder fáctico de la vieja burguesía rural. En Guerrero, debería ganar Beatriz Mojica, pero el lastre del PRD puede llevarla a la derrota ante el candidato del PRI. Querétaro y San Luis Potosí son del PRI.
En Michoacán, el perredista Silvano Aureoles Conejo es favorito; lo sigue de cerca Luisa María Calderón, del PAN; Luego Chon Orihuela, del PRI. En Nuevo León salió con delantera sobre Cantú el del PAN, un candidato independiente, El Bronco. Pero les lleva ventaja Ivonne Álvarez, del PRI. Si el perro que va adelante no alcanza la liebre, los de atrás menos, dice el filósofo de Güemes.
Y yo también. Alejandro Moreno Cárdenas, en Campeche, es el único ganador seguro de entre los del PRI. Y del resto. Porque en Colima se les mezclaron las paridas con las preñadas.