Las alas de cientos de mariposas amarillas se agitaron ayer con el viento.

Este vez, sin embargo, no cayeron del cielo como hace un año, cuando Gabriel García Márquez fue velado en el vestíbulo del Palacio de Bellas Artes.

Ahora las mariposas amarillas de papel estaban pegadas en dos mamparas de editorial Planeta con los nombres y direcciones electrónicas de los asistentes al homenaje que rindieron al premio Nobel de Literatura el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y la casa editora, a un año de su fallecimiento, a un costado del Palacio de Bellas Artes, en el corredor Ángela Peralta.

La lectura de los primeros capítulos de Crónica de una muerte anunciada, a cargo de Luis Felipe Tovar y Julieta Egurrola, estaba programada a las 16 horas; sin embargo, el actor al llegar se percató de que las 200 sillas dispuestas ya estaban ocupadas. De hecho, hubo quien llegó con una hora de anticipación.

Así que Tovar propuso empezar la lectura media hora antes.

Expresó: Estar cerca de los libros es estar cerca del conocimiento; estar cerca de los libros de Gabriel García Márquez es un deleite.

Entrevistado, Tovar dijo que se había preparado como cada vez que va a hacer una lectura: Estudio el texto y busco la manera de comunicarlo mejor, con claridad, para que se pueda entender lo que escribió el autor.

Tovar dijo no tener un libro favorito de Gabo, sino que le gustan todos, pero reconoció que le falta leer algunos.

También señaló que en el campo cinematográfico el intento de hacer películas de su obra de repente no ha sido tan efectivo, por su forma de narrar.

Cerca de las 16 horas, arribó Julieta Egurrola; de inmediato continuó la lectura del segundo capítulo. En vez de sentarse debajo de la lona preparada para tal efecto, como hizo Tovar, decidió pararse frente al público.

Primero hizo varias preguntas acerca de quiénes habían leído el libro, así como de la lectura de otras obras de Gabo. Casi todos los presentes alzaron la mano. No le fue tan bien al preguntar sobre las versiones fílmicas de algunas de las novelas del colombiano.

Concluyó: Tenemos todavía cuentas pendientes con Gabriel García Márquez. Al término de su intervención, Egurrola pronunció la conocida, pero cierta frase: La mejor manera de recordar a un autor es leyéndolo.

Para cerrar el acto hubo una rifa: Egurrola escogió una mariposa amarilla al azar, con los datos de Zulleyka Hoyo Gómez, una de las asistentes al homenaje, quien recibió una colección completa de la obra literaria del colombiano. La ganadora escribió en su mariposa que agradcía a Gabo, porque me hizo amar la lectura.

Al final varias personas del público expresaron sus sentimientos y agradecimiento a García Márquez por su legado literario y por haber amado tanto a México.